Brotes verdes, crisis y confianza, ¿Es lo único necesario?

En los últimos 4 años de crisis hemos oído muchas promesas de nuestros políticos. Al principio, Zapatero dijo que no había crisis. Luego que era una desaceleración. Luego sí había crisis… pero que empezaban a haber «Brotes Verdes». Y ahora con Rajoy… parece que cree que 2013 será mejor. Pero… ¿Podemos realmente salir de esta crisis sin cambiar nada?
A ver. Yo entiendo a Zapatero y a Rajoy. Lo más importante para la economía no son los datos… sino la confianza en la misma. Si todos creemos que el fin de la crisis está cerca, empezaremos a gastar más, a contratar a más gente y, en general, la cosa irá mejorando. Es el caso claro de Profecía Auto-cumplida (o efecto Pigmalion en jerga psicológica).
Sin embargo, esta forma de tirar la pelota para adelante, intentando evitar las reformas de calado (y no, privatizar y recortar no son medidas de «calado», sino respuestas mal hechas a problemas inmediatos – en jerga consultoril, «apagar fuegos»), no va a funcionar. Al igual que el enfermo que se niega a ir al Hospital diciendo a sus seres queridos «Estoy bien, estoy bien», España ha sido diagnosticada, por organismos internacionales y por sus propios ciudadanos, como un país en necesidad de un cambio profundo de sus instituciones.
¿Respecto las reformas que necesitamos? Bueno, podría extenderme a millones de cosas que podríamos hacer mejor, y no solo en España, sino en el mundo entero. Pero creo que prefiero dejaros hoy con una cita de probablemente uno de los mayores estadistas que haya conocido la humanidad, James Madison, padre fundador de los EE.UU:

Si los hombres fueran ángeles, no sería necesario ningún gobierno. Si los ángeles gobernaran a los hombres, no sería necesario ningún control externo ni interno sobre el gobierno. Al enmarcar un gobierno que va a ser administrado por hombres sobre hombres, la gran dificultad reside aquí: debes primero permitir al gobierno controlar a los gobernados y después obligarle a controlarse a sí mismo. Una dependencia del pueblo es, sin duda, el control principal del gobierno, pero la experiencia ha enseñado a la humanidad la necesidad de precauciones auxiliares.

Necesitamos crear un sistema diferente, un sistema donde el Estado pueda controlarse a sí mismo. Y para eso necesitamos liderazgo, visión, y una voluntad de acero.
¿Alguien dispuesto?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.