Declarar las cuentas en el extranjero, la medida del miedo para incentivar la amnistía fiscal

Apenas queda medio mes para que espire el plazo que el Gobierno dio a las grandes fortunas para acogerse a la amnistía fiscal pagando sólo un 10% en impuestos por el dinero negro aflorado.  A falta de cifras oficiales, que Hacienda se niega a suministrar sobre la acogida de la medida, los Asesores Fiscales confirman que el «volumen de preguntas y el interés sobre la regularización está siendo masivo en las últimas semanas«.

El miedo a las posibles consecuencias de ser ‘pillado’ por el fisco tras el periodo de gracia es la principal motivación de los evasores fiscales. Esto que hasta ayer era una promesa se formalizó con la ratificación por parte del Consejo de Ministros de la obligación de declarar todas aquellas cuentas domiciliadas fuera de España con valor superior a los 50.000 euros.

Desde el Consejo General de Colegios de Economistas ( Reaf-Cgcee) advierten del riesgo de las nuevas medidas ante el fraude desarrolladas por el Gobierno. «Constituye una amenaza para los que no opten ahora por la regularización», advierte Jesús Sanmartín, presidente de Reaf-Cgcee.

Y es que  un descubrimiento de cualquier tipo de irregularidad desde el próximo 1 de enero implicará una sanción mínima de 10.000 euros y de hasta el 150% de la cuota detectada por los inspectores de Hacienda, incluso aunque esos bienes o derechos fuera adquiridos en un periodo de tiempo cuya prescripción haya finalizado.

Desde Reaf-Cgcee consideran que este peligro es demasiado alto, y recomiendan a todos aquellos que se encuentren en situación irregular que acudan a la amnistía fiscal en vigor, ya que es una «oportunidad única».  Esos sí, todo es cuestión de hacer cuentas y ello es en lo que se afanan durante estos días evasores y asesores.

Desde Reaf aconsejan valorar las siguientes situaciones.

– Cuidado con otros impuestos. Una de las mayores reticencias para acudir a la amnistía es que sólo se ha habilitado para los impuestos de Renta,  Sociedades, y Renta de no Residentes, por lo que si se regulariza cualquier adquisición de bienes o servicios, por esta vía conviene recordar que también habrá que actualizar el resto de impuestos que estén implicados en la operación como IVA, Trasmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, Patrimonio o Sucesiones y Donaciones. En ese caso habrá que presentar una declaración voluntaria adicional que llevará aparejada su consiguiente multa, que dependerá de la cantidad que se quiera regularizar, por lo que no siempre puede ser rentable.

– Si hay pérdidas, tal vez no conviene acudir a la amnistía. Por su parte, Valentín Pich, presidente del Consejo General de Colegios de Economistas, recordó que acudir a la amnistía no siempre es ventajoso. «Los últimos años han sido complicados y si se han producido pérdidas en las inversiones puede ser más interesante realizar una regularización por la vía tradicional ( multa incluida) ya que ese sistema permite compensar pérdidas con ganancias y aplicar deducciones, algo que no ocurre si se acude a la Declaración Especial .

Con el dinero en efectivo, no hay dudas. En el caso de tener dinero negro no hay dudas, esta amnistía es uno de los sistemas de blanqueo más baratos que se van a encontrar los defraudadores. Tan sólo con ingresarlo en una cuenta bancaria española y pagar un 10% del impuesto, el dinero será de curso legal y no habrá más preguntas ni investigaciones.

-Impacto en 2011. La amnistía fiscal sólo afecta a las operaciones anteriores a 2010. Pero si había una irregularidad en 2010 es muy probable que también la hubiera en 2011 y la Declaración de ese año ya está presentada. Así que no hay duda, si un contribuyente quiere aclarar la totalidad de sus finanzas con el Fisco y decide hacer la Declaración Especial, no le quedará más remedio que hacer también un regularización normal para el ejercicio de 2011, asumiendo el consiguiente recargo y multa correspondientes.

– No hay riesgo de revancha. Tanto fuentes cercanas a Hacienda como los propios Asesores Fiscales, basándose en la actuación tradicional, están convencidos que retratarse voluntariamente ante el Fisco no conllevará represalias. Es decir, que no se utilizará la identificación de esos defraudadores para revisarles en otros negocios.  Tampoco para investigar a posibles socios que no hayan regularizado su situación.

Pero tanto si los defraudadores finalmente se animan como si no, lo que los economistas tienen claro es que será muy difícil conseguir el objetivo de recaudación fijado por el Gobierno. Ni de lejos se llegará a los 2.500 millones de euros fijados cuando se anunció la amnistía, el mayor beneficio que se puede esperar de este proceso es, según Jesús Sanmartín,  «que afloren bienes ocultos y que eso sirva para dinamizar algo la economía. De esta forma, rentas o derechos que permanecían ocultos volverán a formar parte del circuito económico que bien lo necesita».

 

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