El concepto de gestión de caja y la inversión

En ocasiones, fundamentalmente para aquellos inversores que comienzan su andadura como tal, o que aún no poseen una personalidad propia como inversor (algo que se acaba definiendo obviamente con el tiempo) la cuestión ya no de la estrategia inversora como búsqueda de objetivos donde colocar el dinero, sino la propia estrategia inversora personal, la actitud como inversor, resulta compleja de definir, mejor dicho resulta muy compleja de construir.

En estas ocasiones, y por motivos obvios, la opción recurrente es acudir a los casos de éxito directamente relacionados con lo que buscamos, o, en su defecto, a las recomendaciones de nuestros gestores de inversión; sin embargo, y como ocurre en todos los órdenes de la vida, a veces el hecho de cruzar mundos muy diferentes entre sí puede resultar interesante, en este caso vamos a acercarnos a una idea que a priori puede parecer algo alocada, pero que como veremos tiene su fundamento; adoptar parte de las líneas maestras del concepto de gestión de caja proveniente del juego al comienzo de nuestra definición como inversores.
El concepto de gestión de caja y la inversión

Idea alocada pero menos

Para justificar esta idea vamos a partir de un punto de vista que tal vez no todos acepten, pero que tiene su base; el juego, con sus pros y contras, es en resumen la máxima expresión de la apuesta, y la inversión, fundamentalmente para quien comienza, contiene por supuesto mucho de apuesta. Si en este punto hablamos de los matices diferenciales, podemos efectivamente decir que la apuesta en la inversión se basa en elementos de criterio e informaciones que nos permiten acercarnos con mayores probabilidades al éxito, sin embargo, no podemos obviar el factor suerte, que en este caso vamos a identificar con los elementos incontrolables que hacen fluctuar el mercado, si esta cuestión la trasponemos al juego, y en este caso la personalizamos en el juego de azar más extendido; el poker, vamos a encontrar realmente los mismos elementos, con otros parámetros tal vez pero con los mismos condicionantes, ya que, un jugador profesional que conoce los recursos del juego, que aplica las lógicas de este, viene a manejar también informaciones y conceptos que le proporcionan una ventaja notable, y por tanto una mayor  propensión al éxito; en este caso el factor suerte es evidente y tiene un nombre; las cartas.

Qué es la gestión de caja

La gestión de caja en el juego es el sistema de control mediante el cual el jugador se garantiza dos cuestiones fundamentales; por un lado el hecho de no asumir en los diferentes niveles de juego (graduados por el coste de acceso al mismo) un nivel de riesgo que el dinero que posee y con el que se lanza al juego no puede asumir, y por otro lado, determina tanto desde el punto de vista temporal como del volumen de apuesta, como va a interactuar con el juego.

Un sistema de caja simple sería aquel que, sobre un importe determinado, divide dicho importe en un período de tiempo, determinando por ejemplo la cantidad de dinero diaria que va a invertir en el juego, que se establece de manera proporcional con el tiempo en el que pretende distribuir su caja.

De esta manera ya hemos determinado cual es el máximo de inversión diaria, del que jamás se excederá, al que el jugador puede acudir, pero, hay más, ya que determinará también el nivel de juego que el jugador se puede permitir.

Esta determinación surge de diferentes fórmulas, habitualmente se viene a decir que un jugador no participará en aquellas competiciones o torneos que no entren dentro de un rango en el que, por ejemplo, su caja sea equivalen en x% al coste de acceso al torneo o competición (aquí entra el juego la posición agresiva, la posición neutra o conservadora, ya que esta equivalencia se puede entender como caja diaria, caja semanal o caja mensual, aunque lo recomendable y habitual suele ser cualquiera de las dos últimas opciones) con lo cual ya encontramos también definido el coste máximo al que podrá acudir.

Así que tenemos por un lado una inversión máxima diaria (o en cualquier frecuencia establecida) por realizar, un límite máximo en la misma frecuencia por apostar, y, muy importante, una acumulación de la ganancia; ya que la ganancia en ningún caso formara parte de la caja establecida, acumulándose al margen de esta, hasta el siguiente período de inicio de la estrategia, donde en función del resultado de pérdidas y ganancias, podrá ser retirada, podrá ocupar el lugar de las pérdidas, o, ampliar el nivel de caja.

MSS Chart 00 - BRMY esto como se aplica a la inversión

Obviamente en la inversión no hay un contrincante directo y no hay un movimiento diario, o no es frecuente, por parte del inversor, sin embargo el punto de partida puede ser exactamente el mismo aunque, con una variación fundamental en el concepto temporal.

Un usuario puede entender el conjunto de sus ahorros que quiere destinar a inversión como su caja, puede fraccionar esa caja en función no del tiempo sino de la inversión, considerar que parte de esa caja es susceptible de participar en inversiones más agresivas (el equivalente a los torneos) mientras que, y éstos una ventaja obvia sobre la caja de juego, puede colocar el resto de su caja en posiciones de inversión defensivas, que a menor escala le producirán rendimiento, el movimiento de esa caja defensiva se incorporará de manera progresiva a los movimientos agresivos, mientras que los rendimientos de ambas estrategias, en este caso podrán perfectamente incorporarse a la caja desde la inversión defensiva hasta completar un ciclo establecido en el que reiniciar el proceso.

La única cuestión fundamental en esta posibilidad es la misma que en el juego; no hacerse trampas uno mismo, establecer unos movimientos de caja rígidos y no dejarnos llevar por la euforia, o por el nerviosismo, mantener estable el proceso es la base del éxito de cualquier gestión de caja.

 

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