‘Factoring’, ¿por qué no?

El factoring puede ser una vía de financiación interesante para, por ejemplo, empresas cuya situación no les permita soportar una línea tradicional de crédito.

Ante el poco apetito de los bancos por posicionarse en operaciones de crédito a largo plazo, y en momentos en los que las nuevas inversiones están en muchos mercados -como el europeo- a niveles bajos, las pólizas de factoring son una buena posibilidad para obtener capital. Para ello, habrá que trazar un soporte de financiación comercial sólido.

¿Qué es el ‘factoring’?

El factoring es, básicamente, una operación financiera que consiste en la cesión de la cartera de cobro a clientes (facturas, recibos, letras, etc.) de un titular a una firma especializada en este tipo de transacciones (llamada sociedad factor), convirtiendo las ventas a corto plazo en ventas al contado, asumiendo el riesgo de insolvencia del titular y encargándose de su contabilización y cobro.

Factoring

Principales características del ‘factoring’

Esta forma de financiación es especialmente recomendable para:

  • Empresas cuya situación no les permitiría soportar una línea de crédito.
  • Empresas preocupadas por sus riesgos comerciales, que valoran incurrir en un coste para asegurarlos.
  • Empresas que se plantean una gestión externa del cobro de clientes y las que buscan una gestión especializada.
  • Empresas que quieren financiarse sin endeudarse o que necesitan presentar un balance mejorando sus ratios de liquidez o de tesorería.

Cabe recordar que las operaciones de factoring pueden ser realizadas por entidades de financiación o por entidades de crédito: bancos, cajas de ahorros y cooperativas de crédito.

Importancia de la solvencia

Para estudiar financiaciones de factoring desde tu banco procederán a solicitarte el modelo fiscal de operaciones con terceros de la empresa (el modelo 347) para proponerte profundizar entre tu empresa y sus mayores y mejores deudores comerciales.

Esto puede derivar incluso en una oferta de comprar tus créditos comerciales –el denominado factoring sin recurso si el soporte (origen y confirmación de los créditos por parte de los deudores) es positivo.

Así, el factoring sin recurso pesa más del 80% del volumen financiado con factoring en España, según las cifras que maneja la banca y las asociaciones que se dedican a esta actividad.

No obstante, siendo el soporte -obviamente- algo muy relevante en el estudio de un nuevo factoring, no es lo más importante de la operación, que siempre girará alrededor de la solvencia, tanto del deudor (que es el pagador de las facturas) como del cedente (el cliente del banco), cuyos créditos comerciales pueden ser objeto de cesión a la entidad financiera.

‘Factoring’ sin recurso y con recurso

La citada es una de las casuísticas fundamentales del contrato de factoring. El otro gran grupo está formado por el factoring propio, es decir, el factoring sin recurso, por el cual el banco te compra tus créditos, cubriendo así tu empresa el riesgo de insolvencia (suspensión de pagos, concurso de acreedores, etc.).

Normalmente, esta cobertura de riesgo se paga con una mayor comisión de financiación, pero sin duda el servicio lo merece si el desenlace del cobro de ventas es positivo.

Con el factoring sin recurso no sólo podrás anticipar el cobro de las ventas y olvidarte de la situación financiera de tus grandes clientes, sino que, además, esta utilidad tampoco te consumirá riesgos en el sistema del CIRBE, ya que ésta financiación será declarada por el banco como riesgo directo contraído por el deudor. 

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Por otro lado, también podría resultar de este estudio una operación de financiación mediante factoring con recurso -o impropio-, a causa de que el soporte o la empresa deudora no sean de alta calidad. De esta forma, la empresa obtendrá financiación, pero deberás supervisar la solvencia, ya que, en caso de impago, cualquier posible quebranto deberá ser recomprado por el cedente de las facturas.

Riesgo de insolvencia

Merece la pena destacar que, pese a que no te permitirá cubrir el riesgo de insolvencia, el factoring con recurso, al menos, te permitirá acceder a grandes volúmenes de financiación a través de la factorización de tus principales contratos con grandes clientes.

Para pymes sí suele ser más normal la utilización de factoring con recurso, ya que suelen buscar la mera financiación y no una cobertura de insolvencia ni mucho menos ‘maquillajes de balance’, siendo el factoring un sustitutivo del descuento comercial o anticipo de créditos.

Cesión genérica vs explícita factura a factura

Dentro de las modalidades de financiación con factoring -sin o con recurso-, la cesión de los créditos puede ser genérica (comunicación al deudor de que su contrato o que todas las futuras facturas que reciba su empresa como proveedora quedan cedidas al banco ‘X’) o explícita factura a factura.

A este respecto se debe valorar la carga administrativa que supondrá para la empresa el dar la conformidad factura a factura, lo cual recomienda otorgar al banco un buen soporte con el que estar cómodo a la hora de anticipar estos riesgos de crédito y autorizar sus solicitudes de factoring. 

No obstante, hay otras fórmulas telemáticas por las que obtener hoy en día la conformidad financiera, especialmente en el caso de clientes internacionales cuando no será tan fácil obtener con agilidad la firma y el sello del deudor en sus facturas.

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‘Factoring’ internacional

El factoring es el mejor sustitutivo de la financiación de exportaciones, en el pasado habitualmente apoyadas con líneas para anticipo de facturas de exportación. Gracias al factoring internacional pueden obtenerse mayores volúmenes de financiación de exportaciones.

Lo mismo sucedió con los mecanismos de financiación de facturas de ventas nacionales a clientes que pagan vía transferencia o emiten el medio de pago en fecha próxima al vencimiento de la factura, lo que imposibilitaba la oportunidad de financiar vía descuento comercial de efectos ni tampoco el anticipo de recibos.

Es decir, que el factoring en su versión internacional es un producto más sofisticado. El banco recurrirá a solicitar cobertura al riesgo de contraparte a un banco corresponsal en el país de origen de tus clientes internacionales, debido a la carencia de datos con los que analizar la clasificación de riesgo.

Cobertura del riesgo de insolvencia

Este banco extranjero o aseguradora pública de créditos a la exportación en España CESCE– clasificará un límite máximo para ese deudor (el que se le ha solicitado o uno inferior), cubriendo normalmente el 100% de la solicitud si el volumen de la operación no es excesivo y la solvencia del deudor es meridianamente correcta. Por esta operación cobrará su propia comisión de financiación, a cambio de la cobertura del riesgo de insolvencia.

Comisiones del ‘factoring’

El banco nacional, por su parte, debe valorar la admisión del riesgo país, por lo ésta puede afectar a la solvencia del banco o aseguradora que están cubriendo la insolvencia. Ello no quitará para que el banco cobre otro tramo adicional de comisión de financiación por este riesgo.

Salvo para grandes empresas de alta solvencia, un factor determinante de la viabilidad del factoring internacional serán las características del soporte del factoring.

Pedido, entrega y conformidades

Tanto para el factoring nacional como internacional, un buen soporte será aquel que cumpla las siguientes características:

  • Pedido cuantificado (cotejable con la factura que financiar)
  • Albaran de entrega o carta de conformidad técnica a los trabajos prestados.
  • Conformidad financiera (explicita en la factura, vía correo electrónico o mediante la emisión del medio de pago ejecutivo).

La consecución de la conformidad financiera a las facturas, no siempre obtenible por el poder de negociación y tamaño de sus grandes clientes, sería una de las claves para que le admitan en el banco el financiar estas facturas sin recurso.

Medios de pago en el ‘factoring’

Normalmente el factoring es empleado para financiar transacciones, compra-ventas pagadas mediante transferencia. Un medio de pago ejecutivo se genera cuando el pago se realice con pagarés a la orden, letras aceptadas, o carta de confirming bancario. Por ello, financiar facturas a través de estos medios de pago como soporte sería lo óptimo para facilitar financiaciones de factoring sin recurso.

¿Por qué me deniegan operaciones de ‘factoring’?

Dicho todo lo anterior, y volviendo a los orígenes de la operación, aunque tu empresa puede negociar con sus clientes el ofrecimiento de un buen soporte a los bancos, si su solvencia o la del deudor son insuficientes podría ocasionar que denieguen la operación pese a contar con un buen soporte para hacer factoring.

El ‘factoring’ como vía para rebajar la concentración de riesgo Finalmente, cuando una empresa atraviesa una situación financiera delicada y tiene mucho riesgo contraído con un banco, en este caso sí pueden estar interesados desde esa entidad en concederles factoring con o sin recurso con buenos deudores y buen soporte.

De esta forma se facilitará la obtención de nueva liquidez con la que ir rebajando los riesgos sin concentrar nueva financiación con clientes en los que la empresa esté muy expuesta. Como consecuencia, se facilitará la viabilidad empresarial sin comprometer más riesgo con aquellas empresas que excedan su clasificación deseable.

En caso de quiebra del cedente, las facturas financiadas serían un derecho de cobro directo para el banco y no se vería afectado por la declaración de concurso de acreedores del cedente de factoring.

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Ventajas del ‘factoring’

Las posibilidades que ofrece este instrumento de financiación son variadas. Entre las más destacadas del aspecto positivo se encuentran las siguientes:

    • Ahorro de tiempo, ahorro de gastos y precisión de la obtención de informes.
    • Permite la máxima movilización de la cartera de deudores y garantiza el cobro de todos ellos.
    • Simplifica la contabilidad, ya que mediante el contrato de factoring el usuario pasa a tener un solo cliente, que paga al contado.
    • Saneamiento de la cartera de clientes.
    • Permite recibir anticipos de los créditos cedidos.
    • No endeudamiento: compra en firme y sin recurso.
    • Para el personal directivo, ahorro de tiempo empleado en supervisar y dirigir la organización de una contabilidad de ventas.
    • Puede ser utilizado como una fuente de financiación y obtención de recursos circulantes.

Desventajas del ‘factoring’

En el otro lado de la balanza, habrá que considerar los siguientes aspectos:

  • Coste elevado. Concretamente el tipo de interés aplicado es mayor que el descuento comercial convencional.
  • El factor puede no aceptar algunos de los documentos de su cliente.
  • Quedan excluidas las operaciones relativas a productos perecederos y las de largo plazo (más de 180 días).
  • El cliente queda sujeto al criterio de la sociedad factor para evaluar el riesgo de los distintos compradores.

 

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