Dónde y cómo invertir tu primer sueldo

Aunque lo habitual al recibir la primera nómina es celebrarlo gastando -por ejemplo, invitando a otras personas-, puedes también empezar a ahorrar o, incluso, intentar sacarle rendimiento a tu salario.

A pesar de que el porcentaje de jóvenes que consigue su primer empleo cumplida la treintena va en aumento -sin contar prácticas o becas-, recibir el primer sueldo siempre es una buena noticia y suele hacer ilusión. Lo habitual es celebrarlo, invitar a la familia, la pareja o los amigos. Aunque seguramente la retribución no dará para mucho, con lo que conviene ser precavido.

¿Empezar a ahorrar con el primer salario?

Además de gastarlo, existen otras opciones. Puedes apartar una cantidad si tu empleo no ofrece estabilidad o, incluso, si tienes miras a largo plazo, destinar ese montante que retengas a ahorrar. Si bien es cierto que no es una práctica que se vea mucho a edades laborales tempranas, al decir de los expertos, cuanto antes se inicie, mejor. En ese sentido, si quieres ahorrar, necesitas saber qué es el interés compuesto.
También, aunque resulta poco frecuente, puedes tratar de sacarle rendimiento al dinero percibido por tu esfuerzo. Te contamos dónde y cómo invertir tu primer sueldo.

¿Qué hacer con el primer sueldo si tienes deudas?

Como es lógico, es imprescindible hacer una valoración del estado de tus finanzas personales, ya que cada caso es un mundo. De entrada, si debes dinero, lo aconsejable es que hagas frente a la deuda, ya sea parcial o totalmente en función de tus posibilidades. Ello cobra especial relevancia si la cuenta pendiente es con un banco, ya que, cuanto antes la liquides, menores serán los intereses.

Dónde y cómo invertir tu primer sueldo

Si el capítulo de deudas está en blanco, lo cual es deseable, puedes centrarte en otras cuestiones. Por ejemplo, como ya se ha señalado, en aplicar ciertos trucos para ahorrar. Pero también ir más allá con las siguientes pistas sobre cómo y dónde invertir tu primer sueldo.

Empezar a invertir

Antes de entrar en materia, conviene subrayar que no todo el mundo puede o quiere empezar a invertir desde el primer momento. Sea por el momento vital que atraviesa (con otras prioridades), por su situación económica o por otro motivo, no es una obligación comenzar a ahorrar o a invertir al inicio del ‘partido’.
Dicho lo cual, es igualmente recomendable saber en qué punto de partida se encuentra uno, haciendo hincapié en estos dos aspectos:

  • Comparar ingresos y gastos. No resulta llamativo que, nada más acceder al mercado laboral, exista un desfase entre lo que ganas y lo que gastas en detrimento del primer factor. Lógicamente, si ingresas menos de lo que gastas, mejor dejar las inversiones para tiempos futuros.
  • ¿Qué sabes sobre inversión? Tampoco es común que alguien en la veintena esté familiarizado con este ámbito -aunque hay excepciones-, con lo que no se trata de lanzar la bolita a la ruleta a ver qué pasa. Recuerda que no es un juego -como los simuladores de inversión- sino que es dinero de verdad… ¡y es tuyo! Así que es aconsejable que te formes, que aprendas, que acudas a cursos, charlas o seminarios; que leas publicaciones especializadas, etc.
  • Empezar a dar forma a una estrategia de inversión. Lo ideal es gatear antes que andar, así que puedes ir fijándote en lo que hacen inversores de éxito o, en línea con el apartado anterior, empaparte de conocimientos e ir entrando en este mundillo.

Invertir tu primera nómina

Existe la posibilidad de que te lances a invertir de la mano de un experto mayor que tú (familiar, amigo, etc.) que te ayude a dar los primeros pasos. Esa opción entraña peligros si no es una persona que realmente sepa de inversiones, pero también puede ser práctico si es un especialista. En ese sentido, seguramente te interesará conocer las diferencias entre la gestión activa y la gestión pasiva de las inversiones.

Sea con su apoyo o no, puedes invertir tu primer sueldo en vehículos como los que figuran a continuación.

  • Fondos de inversión. Lo ideal es que busques productos baratos, simples o en los que no necesites intervenir si careces de conocimientos. Así que los fondos de inversión pueden encajar en tu perfil de primerizo, puesto que te beneficias del saber y la experiencia de expertos. Además de por coste, por diversificación, por fiscalidad y por precisar de un capital inicial realmente bajo.
  • Deuda pública. Bonos, letras, obligaciones… Todos ellos te ofrecen una tremenda seguridad, aunque, lógicamente, márgenes menores. No obstante, quizá necesites esperar a cobrar algún sueldo más, porque el capital inicial mínimo no suele bajar de los 1.000 euros.
  • Crowdlending. Este vehículo no suele requerir un capital mínimo, ya que te unes con otros inversores para financiar un proyecto. Por descontado, deberás seleccionar cuidadosamente tu elección.
  • Oro u otros metales preciosos. Valores refugio tradicionales, lo son ahora más que nunca, porque los inversores están acudiendo de forma recurrente a estos activos en la actualidad. Puedes adquirir una pequeña cantidad de oro, que es fácil de guardar físicamente, y venderla o conservarla en función del estado del mercado. Obviamente, el valor de los metales preciosos sube y baja, como otras inversiones, pero, a la larga, lo normal es que salgas ganando. Aquí puedes descubrir los mejores momentos del año para comprar oro.

Invertir a largo plazo

Te decantes por uno u otro producto, ten en cuenta que tienes una ventaja enorme, un punto clave a tu favor: el tiempo. Como consecuencia, puedes equivocarte y corregir la situación, probar con distintas opciones y, sobre todo, invertir a largo plazo, que es la vía más segura para lograr beneficios.

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