Joseph Stiglitz: La austeridad no va a funcionar

Ricardo González, analista de FinancialRed recoge en su blog Los Mercados Financieros una entrevista con el Economía Joseph E. Stiglitz. El subtítulo del último libro del premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz, ‘El precio de la desigualdad’ (Taurus), encierra una descripción de la realidad, al tiempo que una declaración de guerra: “El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita”. El antiguo asesor de Bill Clinton se ha convertido en uno de los economistas de referencia para quienes denuncian la perversa injusticia que lleva implícita el sistema económico neoliberal que desembocó en la actual crisis. Pero estos días, de gira promocional por Francia y España, sus argumentos no miran a Wall Street, sino a la espiral de recesión, austeridad y más recesión que arrastra a Europa debido a las recetas impuestas por Alemania en el BCE. Otra economía es posible, y Stiglitz es la prueba.

 

-¿Emocionado de visitar un país al borde del rescate?

-Ojalá estuvieran rescatando al país, pero me temo que lo único que van a rescatar es a los bancos y al sistema financiero, aunque el precio lo pagará la gente mediante más recortes.

-¿Da por hecho que ese probable rescate supondrá más recortes para los españoles, aparte de los que ya llevamos?

-No han revelado aún las condiciones, pero conocemos cuál es la política del BCE, por la experiencia de Grecia, Portugal e Irlanda. Un rescate no tiene por qué ser una mala noticia, si los fondos se dedican a estimular el crecimiento. El problema es que las condiciones de los rescates implican tanta austeridad que al final solo provocan más recesión y paro. No sé por qué lo llaman rescate.

-Desde Fráncfort, Berlín y el Gobierno de España se nos dice que no hay alternativa, que la salvación pasa por ser austeros. ¿Es así? ¿Realmente no hay alternativa?

-El gran error de esta crisis es no acertar a identificar su verdadera causa. Que quede claro: el déficit no ha provocado la recesión, es la recesión la que ha causado el déficit. Solo si se vuelve a crecer, el déficit bajará, pero las políticas de austeridad que impone el BCE están matando el crecimiento, por lo que el déficit sigue sin mejorar.

-Esta semana, Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal norteamericana, ha anunciado un paquete de medidas para estimular el crecimiento. Berlín dice que esa es una mala noticia para la economía mundial. ¿Quién se equivoca?

-La lectura que Alemania hace de la economía encierra muchos errores. La austeridad que ha impuesto a Grecia a través del BCE ha provocado una depresión en aquel país, y la que está promoviendo en España tampoco logra mejorar su situación. Alemania está obsesionada con la inflación, se niega a entender que la austeridad nunca funciona. La inflación fue un problema en los años 80, cuando se creó el BCE, pero en este organismo se han quedado ahí, no se han dado cuenta de que el problema de hoy no es la inflación, sino el empleo.

-¿Los economistas alemanes son ciegos, o a Alemania le interesa esta situación porque le beneficia?

-Sienten pánico a volver a la hiperinflación que sufrieron en los años 30, pero han diagnosticado mal hasta su propio problema histórico, porque no fue eso lo que les llevó al nazismo, sino el paro que se generó. Por otro lado, esta situación está beneficiando a Alemania, porque sus bancos han logrado imponer que lo primero que hay que salvar es el sistema financiero y la gente puede esperar. El BCE está demasiado influenciado por esa mentalidad.

-Entonces el problema lo tenemos los europeos, no Alemania.

-Fuimos muchos los que alertamos de que el euro no estaba bien diseñado, que tenía defectos que iban salir a la luz cuando hubiera una crisis, como así ha ocurrido. El problema de Europa no viene de gastar demasiado, como dice Alemania. Es cierto, Grecia sí gastó demasiado, pero España tenía superávit en el 2008. Cuando se tiene un mal diagnóstico, es inevitable que se apliquen malas recetas. Esto no tiene que ver con izquierdas o derechas. Ben Shalom Bernanke fue asesor de Bush, pero ahora aplica una política de estímulos. Alemania es la excepción en la comunidad económica mundial.

-¿Se atreve a hacer un pronóstico de lo que nos espera en los próximos meses y años?

-Si Alemania no cambia de política, a no ser que España decida salir del euro, es probable que la actual situación se prolongue mucho tiempo. A corto plazo no hay señales que inviten al optimismo. Si se sigue así, dentro de cinco años estaremos igual o peor. Pero ténganlo claro: la austeridad no va a funcionar.

-Ha mencionado una posible salida de España del euro como solución a nuestros problemas.

-George Soros estuvo en Alemania hace poco y les dijo a los alemanes: “O lideráis el euro, o es mejor que lo abandonéis”. Cada vez hay más voces apuntando en ese sentido: si Alemania no cambia de actitud, lo más fácil sería que fuera Alemania quien saliera del euro, no los países del sur. Eso serviría para bajar los tipos de cambio, permitiría corregir los déficits por cuenta corriente y llevaría a España a exportar más. Es una solución interesante desde el punto de vista económico, pero sé que a nivel político no es inviable. Lo cierto es que hay vida después del euro.

-¿Lo dice hipotéticamente, o está haciendo un pronóstico?

-Lo mejor para Europa es que reforme su sistema, logre una mayor integración bancaria y fiscal y aplique medidas que fomenten el crecimiento. Esto supone cambiar la política que se está siguiendo actualmente. ¿Será este el camino que se seguirá? No lo sé, pero le confirmo que si se acaba el euro, habrá vida después.

-Cinco años después del estallido de la crisis, ¿qué hemos aprendido?

-Que el modelo económico promovido por las políticas neoliberales, que creían que los mercados eran eficientes, estables y autorregulables, estaba equivocado. Lo sorprendente es que quienes dirigen la política económica en lugares como el BCE siguen confiando en aquel modelo que nos llevó a la ruina. En EEUU, las mismas personas que provocaron la crisis son las que siguen controlando la economía. Allí, la reflexión que se hizo fue: hemos tenido un pequeño problema en la fontanería, así que vamos a llamar a los mismos fontaneros que hicieron la instalación para que lo arreglen. Pero nada de cambiar los fundamentos del modelo.

-¿Y eso por qué ha ocurrido?

-Porque el sector financiero conserva la capacidad de influencia que tenía cuando sus desmanes provocaron la crisis. No les interesa aprender algo que puede llevarles a perder su estatus.

-¿Cómo cambiar el panorama?

-La economía es sencilla. Sabemos qué medidas habría que tomar para conseguir una sociedad más igualitaria y justa, pero para aplicarlas hay que contar con la política, y eso ya no es tan fácil. Habría que conseguir que el sector financiero no ejerciera tanta influencia en la política, pero para llegar ahí hay que cambiar la mentalidad de la gente. Hay que convencer a ese 1% de privilegiados que concentra la riqueza de que no puede prosperar si el resto de la población no prospera. Y esto pasa por que ese otro 99% de la población se dé cuenta de que todos estos años le han estado vendiendo una mentira. Que eso de que los de abajo han de apretarse el cinturón para que la máquina vuelva a funcionar es, sencillamente, mentira.

Fuente: Radio nacional de Venezuela

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