Moody’s golpea de nuevo, esta vez sobre la banca

Hace poco menos de quince días Moody’s rebaja su calificación de la deuda española y mantenía a nuestra economía en perspectiva negativa. Ahora la agencia de rating vuelve a la carga con una masiva rebaja sobre el sector bancario.

Moody’s degrada a 15 entidades en dos grados, a otros cinco en tres y cuatro escalones respectivamente. En total, 30 bancos han sufrido algún tipo de descenso y sólo tres se libran de la criba: BBVA, Santander y la Caixa conservan su anterior puntuación de Aa2, aunque ahora con perspectiva negativa. Habrá que esperar a la publicación del informe completo para conocer las razones de la agencia, pero no por ello se trata de un movimiento inesperado.

Cuando el 10 de marzo se rebajó la calificación España ya sonaron las primeras voces preguntándose cuanto tiempo tardarían en sufrir el mismo destino los sectores más ligados a la deuda del país y la marcha económica. La respuesta ha llegado antes de lo esperado. El primer afectado es la banca, pero puede haber más.

En su anterior informe Moody’s señalaba que las cajas necesitarían por lo menos 40.000 millones de euros para recapitalizarse, cuando poco después el informe del Banco de España dejaba la cifra en 15.000 millones, de los cuáles 14.077 millones dependían exclusivamente las cajas de ahorro. Ahora hemos sabido que durante los últimos tres años las cajas de ahorro han destinado 52.000 millones a sanear sus balances.

Pero sin duda hay un elemento extra que desgraciadamente apoya la teoría de Moody’s por más que la agencia no lo hubiese previsto: la situación de portugal. La dimisión del primer ministro Sócrates tras rechazar el Parlamento su plan de austeridad deja al país en una situación crítica y como claro candidato a la intervención. Nada positivo para España y su banca, no tanto pot la cercanía geográfica, sino porque un tercio de los activos  internacionales de la banca portuguesa (un 33,3% concretamente) está en manos de la banca española. Es decir, que a sus problemas en España se suman ahora los problemas de la banca lusa. Un mal panorama para los más pequeños.

 

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