¿Qué esconde tanta oferta en depósitos?

La verdad está en las ofertas actuales en materia de captación de pasivo. La guerra que desataron en 2010 está cada vez más cerca de sellar la paz, y las rentabilidades han bajado considerablemente. Las nuevas exigencias para fortalecer los balances es la razón más importante, pero ¿quedan depósitos rentables?

Finalizadas las campañas de planes de pensiones que ofrecían depósitos al 5% ya no quedan rastros de esos combates, y ahora bancos y cajas han aminorado la agresividad debajo del 4% en productos hasta 12 meses.

Entonces, ¿cuál es la oferta actual más tentadora? La estrategia de las entidades financieras es ofrecer depósitos a largo plazo para mantener una base más estable y que no deteriore sus balances, manteniendo dinero por mucho tiempo evitando fugas de capital a corto plazo.

Ofrecer depósitos a corto plazo impacta en sus números y si a eso le sumamos la inestabilidad de la economía española, la situación se torna muy tensa, por eso, es que apuestan a depósitos más largos en el tiempo con remuenraciones más jugosas.

Y si bien los depósitos estructurados fueron los que en el último año dominaron la escena que superaba los 12 meses, ahora han centrado las nuevas ofertas en depósitos a largo plazo a tipo fijo, con rentabilidades más atractivas que las de los meses anteriores, y muchas sin vinculación, aunque suelen penalizar el rescate de los fondos.

Entre los aspectos positivos de contratar estos productos podemos mencionar que son inversiones sin riesgo a largo plazo que podemos destinar a una parte de nuestro capital que sabemos que quedará inmovilizado por algunos años. Es aconsejable para un sobrante de ahorros muy conservador.

Sin embargo esto tiene un costado negativo, que deberemos dejarlo allí por mucho tiempo, y si las condiciones del mercado cambian, estaremos cautivos de las condiciones que contratamos ahora. Además, en caso de cancelar anticipadamente, veremos como nos afecta una penalización.

Los depósitos a largo plazo son para quienes están con unos euros de más, quienes no gustan de la especualción, y por sobre todas las cosas quienes no miden el impacto de la inflación en la rentabilidad porque ven en el tiempo una forma de guardar sus ahorros y no tocarlos.

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