La Europa de las dos velocidades, y su reflejo en el dispar aspecto técnico de los principales índices bursátiles continentales, tiene en las semanas venideras un reto común. Los índices claramente alcistas en el largo plazo, como el Dax y el Footsie 100, y aquellos otros cuyas series semanales aún tienen en tareas pendientes el dar el salto definitivo hacia el cambio de tendencia (Ibex 35, Cac 40 y Eurostoxx 50) pueden vivir importantes momentos en el futuro próximo.
No es descabellado pensar en un escenario para el corto plazo en el que la continuidad de las subidas lleve al Dax alemán y al Footsie inglés a enfrentar los máximos de 2007, en los alrededores de los 8.100 puntos para el índice teutón y de los 6.750 para el londinense. En el caso del Dax, esa zona de precio está tan a tiro de piedra que parece inevitable el inmediato encuentro con la resistencia que detuvo al índice en 2007 y en aquel ya mítico 2000.
Y, mientras en las tierras del norte se preparan para luchar contra la historia, en otras latitudes más templadas nos aprestamos a enfrentar una tarea algo más oscura, pero no por ello menos relevante.
Llegado el momento, venderán mucho más titulares como “El Dax supera sus máximos históricos” que otros como “El Ibex 35 deja atrás claramente los 9.200 puntos” o “El Eurostoxx 50 enfrenta y supera la zona de los 3.100”.
Sin embargo, nuestros informados lectores sabrán apreciar cómo puede ser tan importante desde el punto de vista tendencial el ver al Dax superar los 8.100 puntos como que nuestro Ibex deje atrás los 9.200 o el Cac parisino haga lo propio y con claridad con los 4.100.
Las gráficas que acompañamos son elocuentes al respecto. Ese hipotético escenario que planteamos para el corto plazo, en el que el conjunto de los índices europeos ataque las diversas resistencias con mayúsculas, está más cerca de lo que parece y seguramente será noticia muy pronto.
Del resultado final de esos eventuales encuentros puede depender el transcurso del año bursátil que acabamos de estrenar, sobre todo en su primera parte. Seguiremos los acontecimientos.
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