No aprendemos, ¿resurge el crédito al consumo?

Juan Ramón Quintás, presidente de la CECA, definió a España como un «mundo de osos amorosos» referirse a la incapacidad de Gobierno, sindicados e instituciones en general de tomar medidas necesarias pero que implican sacrificios. En concreto, el mandatario explicó que «tan pronto como alguien pone sobre la mesa una medida que causa cierto sacrificio, esfuerzo o que se sale del mundo los osos amorosos, como dice mi nieta, la gente se lleva las manos a la cabeza». Yo añadiría que, dirigentes políticos al margen, vivimos más bien el mundo de ‘Alicia en el país de las Maravillas’ con un alto porcentaje de la población que no sabe o no quiere darse cuenta de los errores pasados y prefiere utilizar la táctica del avestruz: esconder la cabeza esperando que pase el temporal o, lo que es peor, seguir como si nada ocurriese.

Estas son por lo menos las conclusiones que pueden sacarse del último estudio de Cofidis, según el cual el 22% de la población tiene intención de solicitar un crédito al consumo en 2010, ocho puntos más que la cifra registrada el año anterior. Los datos explican que los españoles que contratan más créditos al consumo tienen entre 35 y 44 años, cuentan  con un nivel de ingresos medio y viven mayoritariamente en entornos urbanos de más de 100.000 habitantes. Por áreas geográficas,  Galicia, Asturias y León son las más propensas a pedir crédito, mientras que el Levante es una de las pocas donde no se pedirán préstamos.

Se pueden hacer varias lecturas de estos datos, como bien apunta Remo en El Blog Salmón. La más positiva es que ha mejorado la percepción económica de los españoles y que por aumenta el consumo y la más negativa es que el presupuesto familiar es tan ajustado que ya se hace necesario recurrir al crédito para cubrir los gastos del día a día. Evidentemente estos son los dos extremos y aunque seguro que un porcentaje de la población se encuentra en ellos, la inmensa mayoría camina en un punto intermedio. ¿Cuá puede ser este? Si nos atenemos a los mensajes que se envían desde el Gobierno, que lo peor de la crisis ya ha pasado y que ahora empezará a revertirse la situación de paro y recesión. Nada más lejos de la realidad.

En el fondo, lo que demuestra el informe es la falta de rigor de la gestión financiera de los españoles. La crisis ha obligado a hacer varios ajustes y sacrificios (sólo hay que ver la contracción del consumo), pero en cuanto surgen los primeros brotes verdes regresamos a las pautas de consumo y comportamiento financiero que han motivado la situación actual. Es decir, consumir por encima de nuestras necesidades a coste del crédito. El programa Ajuste de Cuentas de Cuatro es un buen ejemplo de un tipo de comportamiento ‘al estilo avestruz’, con familias enteras que prefieren obviar la realidad de sus finanzas y hacer los sacrificios económicos necesarios para salir del pozo de deudas que se han cavado, un reflejo de lo que, a mayor escala y salvando las enormes distancias, ha hecho el Gobierno.

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