La batalla contra las armas de Obama no es cuestión de balas, sino de millones

La matanza de 13 estudiantes en un instituto de Columbine en 1999 es, sin duda la más famosa de las ocurridas en EEUU, pero ni es la única ni la más sangrienta. El ejemplo que el cineasta Michel Moore tomó como referencia para su documental contra la tenencia de armas en EEUU es casi una gota en un vaso que acumula ya más de diez estremecedoras historias en aquel país en lo va de siglo. Casi una por año.

Después de cada una de ellas, como ha ocurrido ahora tras los sucesos de Newton, el debate sobre la permisividad ante la tenencia de armas se desata en los medios de comunicación. En esta ocasión incluso ha sido el propio presidente Barack Obama quien lo ha puesto sobre la mesa. Pero el hombre que encarnó el espíritu del «Yes we can» (nosotros podemos) tiene algo más que una batalla  política ante sí para sacar adelante su idea de restringir el uso de armas entre sus conciudadanos.

Cuatro millones de dólares casi cada año, contra las intenciones de Obama

Y es que, en este caso la solución también es una cuestión económica. Obama tienen que hacer frente a una correlación de fuerzas económicas que, de momento, tiene muy en contra. Según los datos del Center for Responsive Politics, Looby de  pro armas de EEUU se ha gastado entre enero y septiembre de 2012, nada menos que  cuatro millones de dólares(3,7 millones de euros)  en esfuerzos y campañas para convencer a los senadores republicanos y a la ciudadanía en general que no se puede tocar la segunda enmienda de la constitución estadounidense, la que recoge el derecho de sus ciudadanos a poseer armas para defenderse.

A la cabeza de estos grupos está la conocida Asociación Nacional del Rifle ( ANR), cuyo rostro más representativo es el actor Charlton Heston.  Ellos han gastado en los primeros nueve meses de 2012, 2,2 millones de dólares en acciones de lobby además de los casi 18 millones que aportaron a la campaña de Mitt Romney con el objetivo de criticar a Obama. Su presidente, David Keene, también ha sido uno de los primeros en contestar públicamente ( en concreto en la emisora de televisión CBS) a las intenciones del presidente de Estados Unidos de regular la tenencia de armas tras la masacre de Newtown «El problema no son las armas, sino quienes disparan», ha advertido. Y aseguró que la única forma de frenar este tipo de matanzas es «tener armas también los colegios».

La ANR es la más potente de las organizaciones que defienden la tenencia de armas, pero ni mucho menos la única. Si Obama quiere modificar la ley, también deberá hacer frente a la National Shooting Sports Foundation, que ha gastado  500.000 dólares; al Comité Ciudadano de Derecho a poseer y portar armas, que lleva invertidos 471.000 dólares hasta septiembre en busca de apoyos para su causa; la Gun Owners of America, que ha dedicado casi 300.000 dólares , el Safari club International (240.000 dólares) o el Boone y Crockett & Club, (60.000 dólares).

En el otro lado, las organizaciones que apoyan el control de las armas, apenas han competido en inversión, ya que sus esfuerzos económicos no superaron los 180.000 dólares. Las más activas han sido The Raben Group y Brady Campaign to Prevent Gun Violenc.

Todo esta inversión está dando resultados en la opinión pública estadounidense, y según el último estudio del Pew-Institute,  el 46% de los ciudadanos quiere proteger decididamente su derecho a poseer armas en 2012, frente a sólo el 34% que opinaba así en 1993. Los partidarios de endurecer la legislación pasaron de un 66% en el 2000 a un 47% hoy.

Parece claro que esta batalla más que con balas se va a ganar con dinero, eso sí la presión de la opinión pública no debe desdeñarse y los mercados financieros ofrecen ya pistas sobre su poder. Tras la matanza de Newtwon el Fondo de Inversión Cerberus se deshizo de sus participaciones en empresas cotizadas relacionadas con el sector armamentístico provocando una fuerte caída del valor de las mismas. Los analistas de Reuters explican que la presión de los fondos de pensiones estadounidenses (unos de los más potentes inversores del mundo) están presionando en esta línea a los inversores. Una tendencia, que también podría tener su reflejo en la evolución de las empresas que ofrecen un acceso directo a las armas como pueden ser los supermercados Walmart.

De una forma o de otra parece claro, que solo el dinero será capaz de transformar una mentalidad tan arraigada en la sociedad estadounidense y ha Obama le va a costar más de lo que en Europa podemos imaginar ganar esta guerra.

Imagen: CC Joe Shlabotnik

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