Apostar por la bolsa es una opción al alcance de muchos bolsillos y variados perfiles de inversores. En cualquier caso, no obstante, debes tener en cuenta las comisiones que pagarás por esas operaciones.
La bolsa es, hasta cierto punto, una derivada de la sociedad (o incluso de la condición humana): hay grandes inversores (institucionales) y pequeños (minoristas), pero también conservadores, moderados o agresivos. De la misma manera, los costes de inversión -que son inevitables- afectan a unos y a otros en distinta proporción. A los que tienen menor capacidad financiera, lógicamente, más.
¿Qué comisiones pagarás por invertir en bolsa?
El canon de bolsa
El canon de bolsa es la comisión que cobra a escala nacional Bolsas y Mercados Españoles. Se trata de una tasa de importe variable que depende del volumen de la operación y que resulta igual para todos los brókeres, no teniendo ellos capacidad para modificarla. Es una comisión que se aplica por la acción de comprar o vender instrumentos financieros o acciones en bolsa.
Aunque esta comisión es inamovible para el intermediario, el resto de tasas añadidas son susceptibles de tener importes diferentes, no sólo en función del volumen de la operación, sino del bróker que la realiza. En algunos casos, incluso podrás encontrar propuestas en las que no se apliquen ciertas comisiones.
La comisión de intermediación
La comisión de intermediación es aquella que cobra el bróker por ejecutar la operación de inversión que deseas. En la práctica es una comisión que se aplica por permitirte acceder al mercado para realizar operaciones. Esta tasa suele cobrarse cuando ejecutas una operación de inversión y, sucesivamente, con cada operación que realices.
La comisión de custodia
En la comisión de custodia vas a encontrar propuestas diferentes según el intermediario. Se trata de una tasa que cubre el coste del depósito de tus acciones adquiridas en una cuenta de valores, acción que es necesaria. Esta comisión se aplica generalmente por valor. Sin embargo, puedes encontrar propuestas en las que se aplica por mercado. Obviamente, esta opción es más interesante, ya que sólo pagas en función del mercado en el que inviertas sin que se tenga en cuenta el número de operaciones. Por ejemplo, si tienes cinco operaciones en el mercado español y otras tantas en la bolsa estadounidense, no pagarás por diez sino por un par de mercados.
La cancelación de órdenes
La cancelación de órdenes también puede aparecer dentro de tus comisiones al invertir. Como su propio nombre indica, se trata de una comisión que se aplicará cuando anules una orden que no ha llegado a ejecutarse.
La comisión por cobro de dividendo
En la comisión por cobro de dividendo puedes encontrar la aplicación de un importe -generalmente fijo aunque también puede ser un porcentaje- justificado en el cobro de dividendos en tu cuenta asociada.
La comisión por hechos relevantes
Tus inversiones están sujetas siempre a hechos relevantes, por ejemplo, una ampliación de capital o que los activos que tú has adquirido hagan un split en una fusión. En estos casos, el tratamiento específico puede traer consigo la aplicación de una comisión por parte del intermediario.
La comisión por mantenimiento de cuenta
Se trata de una comisión muy similar a las que se aplican en las cuentas corrientes. Es decir, una comisión justificada en el mantenimiento de tu cuenta operativa. Como ya hemos indicado anteriormente, una buena parte de estas comisiones depende del criterio del bróker a la hora de su aplicación.
Con todo, debes tener muy presente que no es posible adquirir acciones u operar con productos derivados, tales como futuros u opciones sin un intermediario financiero, que es la figura clave y que es más conocida con la denominación de bróker. Todos ellos cobran unas comisiones determinadas por operar, que varían dependiendo del tipo de producto, el mercado en el que se invierta o el volumen de la operación, por citar los aspectos más relevantes. Como ya se ha apuntado, este desembolso suele causar mayor incidencia en los pequeños inversores que en los institucionales, dado que los primeros suelen destinar menores cantidades de dinero a cada operación. Como en cualquier inversión se trata, simplemente, de echar cuentas y determinar si te merece la pena.