Según los datos del IPC adelantado de mayo, la inflación en España seguiría por encima del 3%, concretamente en el 3,5%, mejor que el 3,8% de hace un mes, pero todavía en una situación de alarma que condiciona la recuperación de los valores macroeconómicos.
El principal problema es que con una inflación del 3% nuestras empresas pierden competitividad en el extranjero, lo cuál lastra las exportaciones, por lo que penaliza el empleo y condena a la economía a seguir subsistiendo con la demanda interna.