Contratar la potencia adecuada, contar con un buen aislamiento en la vivienda, mantener y usar los radiadores correctamente o utilizar el termostato con sentido común, entre otras, son algunas de las medidas que puedes tomar para pagar menos por tu consumo de calefacción.
A exactamente un mes vista de la fecha oficial que marca el inicio del invierno, la nieve, el granizo y las heladas hace tiempo que han hecho acto de presencia en numerosos pueblos y ciudades. Las temperaturas bajo cero hacen temblar a más de uno estando aún en otoño, pero no tanto por el frío sino por el efecto que el gasto que conlleva puede causar en sus bolsillos. No en vano, el consumo energético comienza a dispararse en esta época del año. Tanto, que merece la pena analizar cómo utilizamos los instrumentos que tenemos al alcance en nuestro hogar para contrarrestar las inclemencias climatológicas.
Antes de ofrecerte un puñado de consejos para gastar menos al accionar los radiadores, te recordamos que puedes solicitar el bono para la calefacción aprobado por el Gobierno. Básicamente, se trata de una ayuda directa aplicable únicamente durante el invierno, con distintos baremos en función de la zona en la que residas (a temperaturas más frías, mayor ayuda) y cuyo requisito básico es que ya seas beneficiario del bono eléctrico. Además de comprobar si encajas en los parámetros exigidos en ese instrumento social, puedes beneficiarte de los trucos que te proponemos para ahorrar en calefacción.
El gasto en calefacción
Aunque, como supondrás, depende del frío que haga en tu localidad, del tipo de vivienda en la que residas (en especial del aislamiento con el que cuentes) y de las personas que la habitan, de media, la calefacción representa cerca del 50% en la factura energética de cada ciudadano. Así que, no sólo te damos varios consejos para recortar la factura de electricidad, gas y luz, sino que vamos a especificar varias recomendaciones para gastar menos en calefacción.
Ahorrar en calefacción
Cada hogar es un mundo, con lo que calentarlo también será diferente en cada caso. Sin embargo, hay una serie de medidas genéricas que puedes tomar para ahorrar en calefacción. No sólo en lo que se refiere a los radiadores, que también, sino en muchos otros sentidos.
Elegir el sistema de calefacción
Lo primero es dar con el tipo de instalación que más conviene en cada hogar y que menos consume. Para que te hagas una idea, puede haber una diferencia de más de 300 euros al año entre una caldera de gas, una eléctrica y una de gasóleo. ¿Cuál es el sistema de calefacción más barato? Pues, a largo plazo, las calderas de gas son más económicas.
Contratar la potencia adecuada
Tener más potencia contratada de la necesaria es uno de los errores más habituales. Como es lógico, no se necesita la misma energía para calentar una casa grande que una de menor tamaño. Revisa tu factura, llama a la compañía de turno si es necesario y comprueba si tu equipo y tu potencia se ajustan al rango de uso. Recuerda que contratar una tarifa con discriminación horaria puede suponer un ahorro de hasta 200 euros anuales.
El aislamiento de la vivienda
Uno de los mitos más extendidos sobre la calefacción es que el calor que se pierde por las ventanas apenas se nota en la factura si están bien cerradas y son pequeñas. Pues, según recuerdan desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), no es así: una cuarta parte de la energía producida en los hogares se destina a cubrir lo que se pierde por las rendijas de las ventanas. Por ello, puede resultar económico a la larga invertir en un doble cristal, que puede reducir estas pérdidas en un 50%.
Si no quieres enfrentarte a ese gasto, hay una solución más accesible y casera: colocar burletes en puertas y ventanas. Se trata de tiras de plástico que taponan la entrada de aire y ayudan a mantener la temperatura interior.
Mantenimiento y uso de los radiadores
Si tienes radiadores de agua, no olvides purgar el aire para conseguir el mejor rendimiento de la caldera. De hecho, lo aconsejable es hacerlo al comienzo del otoño para que no tengan aire dentro, ya que ello dificulta la transmisión de calor desde el agua al aire exterior. Los radiadores deben estar limpios y sin muebles que los tapen para no dificultar la difusión del aire caliente.
Asimismo, te recomendamos que hagas la revisión de la caldera en la fecha que corresponda, dado que un buen mantenimiento de la caldera puede suponer un ahorro de hasta un 15% de la factura al año.
Utilización del termostato
Cada momento de la jornada suele implicar unas determinadas necesidades. Como es lógico, no es necesario que la vivienda esté 24 horas al día a una temperatura constante. Tampoco es imprescindible que aquélla se mantenga cuando no te encuentres en la vivienda. Desde la OCU recuerdan que una temperatura en casa de entre 19 y 21 grados centígrados a lo largo del día es razonable. Por la noche, en cambio, es aconsejable que en los dormitorios baje a entre 15 y 17. Cada grado de más supone un incremento del 7% en el consumo, pero si te mantienes en esas horquillas, podrás ahorrar hasta un 13% en la factura de calefacción.
Por otra parte, si aún tienes un sistema de calefacción que carece de termostato programable, te recomendamos que te gastes algo de dinero en instalar uno, puesto que a largo plazo sale a cuenta.
Instalar paneles reflectantes
Teniendo en cuenta que una instalación para aislar la vivienda resulta engorrosa y cara, y que un porcentaje importante del calor que genera un radiador se pierde por la pared, desde la OCU proponen una solución más práctica para ahorrar: colocar paneles reflectantes de calor tras los radiadores. Esta medida permite un ahorro en calefacción de entre el 10% y el 20%.
Aunque pueda parecerte un lío, la instalación de los reflectantes de calor es sencilla y no requiere herramientas especiales. Al rebotar el calor en su superficie evitando que se difunda a la pared, lo concentra sobre el radiador que tiene delante. Cinco láminas, que son suficientes para sendos radiadores de medidas y tamaño estándar, cuestan unos 40 euros, incluyendo rollos de cinta adhesiva e instrucciones. Todo fácil de encontrar en tiendas de bricolaje. Esta medida nos permite tener amortizado el desembolso el segundo mes, aseguran desde la OCU.
¿Qué ropa usas en casa?
Otros de los trucos para ahorrar es abrigarse y bajar el termostato. No es estrictamente necesario pasar calor por causa de la calefacción ni pasearse por la casa en traje de baño o en manga corta estando en pleno invierno. Es mejor cubrirse con algo más de ropa sin subir el termostato de los 21ºC. Una acción tan sencilla puede suponer un ahorro de hasta un 20%, según apuntan desde la citada organización de defensa de los consumidores.
Para terminar cabe recordar que, como en todo consumo, lo ideal es utilizar el sentido común y no gastar inútilmente. Por ejemplo, puedes cerrar los radiadores que estén en estancias que no se usan. También es recomendable que te acostumbres a bajar las persianas y correr las cortinas cada noche para evitar las pérdidas de calor. Asimismo, es mejor que ventiles temprano y con las persianas subidas hasta arriba. Si en la fachada da el sol, basta con que airees la estancia durante 10 minutos nada más levantarte.
Finalmente, te recomendamos que no te cortes si crees que debes apagar la calefacción: el mito que asegura que es mejor mantener la temperatura constante todo el día que desconectarla es falso.
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