Si ha habido un sector especialmente castigado por estos años de bajismo en la bolsa española, ese es el de la banca mediana. Si hay unos accionistas convertidos en los principales damnificados de esto que empezó siendo una crisis financiera, esos son los sufridos inversores que pusieron su confianza en los bancos medianos que cotizaban en el parqué madrileño. Feudo tradicional de inversores de largo plazo, ajenos a zarandajas tales como el análisis técnico y, por supuesto, desconocedores de la necesidad de proteger sus inversiones mediante el uso de stops, la gran mayoría se ha convertido en pillados que tardarán años en ver cómo su cuenta de valores abandona los números rojos.
Aprender de esta manera algunas lecciones no debe resultar agradable. Tener que ver cómo nuestro dinero actual apenas representa la cuarta parte del que un día pusimos sobre la mesa para así comprender que en la bolsa no siempre se gana invirtiendo a largo plazo, o para entender que lo que realmente vale es el precio que marca el mercado y no el valor que se le quiera poner, es una forma dura de toparse con la realidad de la bolsa. Una vez más, la letra con sangre entra.
Durante aquellos años alcistas, estas realidades parecían no existir. Todo subía, sin importar demasiado qué se comprara y a qué precio, así que ¡quién necesitaba echar un vistazo a un gráfico para tomar sus decisiones de inversión! Y después, cuando los precios comenzaron la caída, la falta de costumbre y algunas recomendaciones poco profesionales hicieron posible que no se les pasara por la cabeza vender.
Sea como fuere, y aunque en casos como el del Popular es lógico pensar que aún resta mucho camino por recorrer para volver a ver sus acciones por encima de los 8 euros, lo cierto es que todo camino, por largo que sea, se inicia con un primer paso. Y, en términos tendenciales, la superación de directrices bajistas primarias o especialmente relevantes en gráficas semanales es sin duda el primer paso que todo valor debe dar para hacer posible la reconstitución alcista.
Echen un vistazo a las gráficas que acompañamos y observen cómo Bankinter y el Sabadell andan metidos en la refriega de superar con claridad y solvencia esas directrices bajistas.
En el caso de Bankinter, incluso puede afirmarse que el cierre de la semana pasada logró asomar tímidamente la cabeza más allá de los dominios de su bajista. Pero ya hemos dicho que se trata de superaciones claras y solventes. Esa taza con asa (figura chartista) dibujada a lo largo de 2012 que marcamos en la serie es un inicio prometedor para el cambio de tendencia, aunque se acumula mucha verticalidad en las subidas y quizá le convenga tomarse un descanso.
En la serie de Sabadell podríamos ver un hombro-cabeza-hombro invertido en formación, cuya línea clavicular sería la bajista marrón que marcamos. Pero, de momento, lo que sí parece más claro es que esas bajistas están empeñadas en ponérselo difícil a los alcistas y que no van a vender nada barata su piel.
Seguiremos los acontecimientos.