Aquellos que estén interesados en el mundo de las inversiones, habrán oído hablar sobre los contratos por diferencia (CFD), un tipo de producto que puede comprarse y venderse dentro de un mercado para obtener beneficios. Debido a los recursos que ofrece, es uno de los métodos de inversión que más agrada en mercados como el de Forex, pues brinda la posibilidad de especular con un determinado activo sin tener que pagar su precio real. No obstante, para comprender cómo funciona, es necesario conocer algunos conceptos básicos.
Lo primero que hay que tener presente es que los CFD ofrecen la posibilidad de comprar y vender contratos. Por ende, una vez que “adquiramos” ciertos activos (materias primas, acciones…), no seremos dueños de estos. Así pues, a efectos prácticos, es como si nos hubiesen alquilado dichos productos temporalmente con el objetivo de especular. Para obtener beneficios, el usuario realiza trading con apalancamiento, el cual le permitirá tener una notable exposición sin haber tenido que pagar el precio real del producto.
Por “apalancamiento” entendemos la acción de financiar una operación a través de la deuda, lo que en nuestro caso significa que estamos expuestos a una cantidad mayor a la que tenemos. En consecuencia, el apalancamiento puede jugarnos en contra, puesto que, si el producto obtenido tiene pérdidas, nuestra deuda final podría ser mayor que la cantidad invertida. Por ejemplo, si estamos interesados en operar sobre acciones con un valor de 100 euros, y la empresa en cuestión demanda un margen del 10%, solo habría que depositar 10 euros. Si la posición de las acciones subiese a 102 euros, ganaríamos 2 euros, lo cual sería un beneficio del 20%. En el caso de que las acciones bajasen a 98 euros, tendríamos una pérdida de 2 euros, y por lo tanto del 20% de lo invertido.
Teniendo lo anterior en cuenta, se puede realizar trading en corto o en largo, dependiendo de la situación. Si creemos que el valor de ciertas acciones bajará con el tiempo, tomaríamos una posición corta o bajista, tal y como afirma Economipedia, donde se explica en profundidad. De este modo, tendríamos que adquirir los contratos correspondientes y venderlos a un alto precio, para después comprarlos de nuevo más baratos y devolverlos al dueño. En el caso de visualizar una posición larga o alcista, la idea sería comprar contratos que puedan venderse por un precio mayor en el futuro.
Como se puede observar, operar con CFD requiere de un minucioso planteamiento previo, puesto que de este dependerá que nuestros movimientos tengan el resultado deseado. El funcionamiento de las operaciones puede ser relativamente sencillo, pero predecir los mercados puede tener una notable complejidad. Aun así, los contratos de CFD permiten operar con más de 15.000 mercados, por lo que existe una amplia variedad y se puede escoger el sector que más fácil nos parezca. Por consiguiente, el trading con CFD puede brindar grandes beneficios, pero es necesario trabajar previamente para seleccionar la táctica adecuada, además de ser consciente del capital disponible para no tener pérdidas importantes.