El oro constituye un valor refugio utilizado en tiempos turbulentos y como un método de protección contra la inflación. Sin embargo, los inversores continúan apuntando al oro, ahora que el principal fantasma es la deflación vuelve a aparecer, especialmente en Estados Unidos.
Tanto es así que el oro ha logrado recuperarse luego de las pérdidas que se registraron esta semana, mientras los mercados estaban a la espera de la publicación de los datos de la FED. Llegando a cotizar a 1.214 dólares por onza, los especialistas apuntan a que en cualquier momento se reanudará la tendencia alcista en el precio de la dorada materia prima.
El valor registrado en el día de la fecha, constituye su mayor alza desde el 9 de julio, representando un incremento intradía del 1,41 por ciento.
Esta huída hacia el oro, ha sido confirmada no sólo por el alza registrada en los precios, sino por los datos publicados por ETF Securities. De acuerdo a lo publicado, 5 de las 10 entradas más importantes en ETFs en la semana pasada fue en fondos que replicaban el comportamiento de metales preciosos, especialmente el oro.
La respuesta en materia de políticas públicas, que se produce en tiempos de deflación, también resulta utilizada como argumento a favor del oro, aún cuando la teoría económica expone que deflación es equivalente a revaluación de la moneda y en consecuencia a disminuciones en el precio del oro.
La explicación a esta situación podemos encontrarla en la teoría de “la reserva de valor”. El oro, por sus características intrínsecas, transmite una sensación de tranquilidad que se traduce en un incremento de su valor en términos reales, aún cuando su valor cae en términos nominales. Es decir, se trata del principal valor refugio en momentos de incertidumbre.