Existen diversas maneras de afrontar una crisis económica o una inflación, desde diferentes puntos, pero hoy día sobran las quejas y faltan soluciones y comprensión. Tal vez sea por ello que el Banco Central Europeo (BCE) acaba de lanzar dos novedosos juegos educativos, que para poderlos jugar habrá que hacerlo por medio de Internet.
Estos juegos educativos del BCE, tienen como fin que los jóvenes europeos puedan incorporar los valores del banco, además de tener una mayor comprensión de las situaciones que brindan en estos juegos y que son hechos que suceden y no siempre se alcanza a comprender en su verdadero contexto. Además de ofrecerlos vía Web, que es el soporte elegido por la mayoría de los jóvenes a la hora de jugar de forma individual o grupal a los diversos juegos que hoy ofrece Internet.
El primero de los juegos se denomina “Inflation Island”, o “La Isla de la Inflación”, en él se pueden escuchar a los personajes del juego que viven en la Isla de la Inflación, comentar las bondades que existen sobre la estabilidad de precios, además de las quejas que lanzan sobre las consecuencias que trae una alta inflación, además de quejas respecto a la deflación y la hiperinflación.
Entre los fines educativos, pueden visitarse salas de cine en Inflation Island, y ver documentales respecto a hechos puntuales e históricos ligados a la hiperinflación o deflación.
El otro juego se denomina “Economía”, y si el film quieres ser John Malkovich trataba de cómo vive alguien en la mente de este actor, el juego propone ser nada menos que el presidente del BCE.
De esta forma los jugadores pueden tomar la decisión de elevar o bajar los tipos de interés, para poder mantener la inflación en cerca del 2% y estable. En el juego pueden visualizarse los actuales datos sobre la tasa de paro, así como el crecimiento del PIB.
Además pueden utilizar los tipos de interés, que se encuentran entre el 0% al 25%. Pudiendo utilizar una serie de recomendaciones hechas por un consejo de asesores, así como datos del comportamiento de la masa monetaria y de los recortes de periódicos.
Los problemas no se acaban ahí, ya que también deberán de hacer frente a la crisis del petróleo, así como las burbujas inmobiliarias, y a las fuertes bajas y alzas propias de la Bolsa.