En un mundo en el que recibimos cada vez mayor volumen de información, se van acumulando términos a los que no siempre prestamos la atención que se debe. En el caso de la inversión, la retrocesión es un término muy importante, más de lo que piensas, y al que tal vez no estés prestando la atención que se debe.
Vaya por delante que vamos a hablar de un tema delicado. No todo el mundo va a estar de acuerdo en si la retrocesión es una acción más o menos moral a la hora de comercializar productos financieros. También, desde un punto de vista legal, dependiendo de los entornos, puede ser una acción dudosa.
Sin embargo, que de una manera u otra se sigue dando es algo innegable dentro de los servicios financieros.
¿Qué es la retrocesión?
Vamos a poner el ejemplo de los fondos de inversión que es un modelo de producto financiero donde podemos explicar lo bastante bien.
Supongamos que un comercializador de fondos, un broker, una agencia de valores, un banco, cualquier figura autorizada a ofrecer fondos de inversión, tiene un catálogo amplio de productos que nos puede llegar a ofrecer.
Existen ciertas comisiones de gestión intermediación que, en su figura comercializadora puede obtener como beneficio. Ahora imaginemos que alguna de las gestoras que han creado este fondo decide ofrecer una ventaja añadida, un plus añadido, que no figuran dentro de las comisiones como tal, y que se puede incluir a mayor en los gastos del producto.
Este plus es como, de algún modo, conocemos a la retrocesión. Y, como te has podido imaginar, es una figura muy controvertida ya que puede estar en el origen de la recomendación de un producto financiero por encima de otro que puede ser más adecuado, si el primero ofrece una mejor comisión que el segundo.
Desde el punto de vista de la ética profesional, no se considera hoy en día una acción bien vista. Se trata de una práctica que se intenta desterrar, pero que va a ser complejo por las propias dinámicas del sector financiero en la comercialización de productos y, por la relativa facilidad de encubrir estos pluses a través de los conceptos añadidos de gastos en un fondo de inversión.
¿Todo el mundo cobra retrocesión?
No. De hecho, cada vez son más las gestoras y comercializadoras que nos avisan que sus recomendaciones, asesoría y ofrecimiento de producto no depende de ninguna comisión directa de nadie. Esto, es una tendencia creciente y que probablemente con el paso de los años vaya calando cada vez más en el mercado.
¿Te afecta la retrocesión? Realmente desde el punto de vista de los gastos la afectación es baja, cuando no, inexistente. Se trata de un acuerdo entre partes y se procura no repercutir el gasto si no reajustarlo. Dónde sí es claro que pueden fluir, es cuando un comercializador opta por ofrecernos un producto en lugar de otro basándose exclusivamente el beneficio económico que puede obtener como intermediaria de la operación.