Nos encontramos en una época en la que, efectivamente, a los grandes males que aquejan las economías domésticas, no sólo se tratan de aplicar grandes remedios, sino que, en buena medida, estos remedios tienen mucho que ver con modelos tradicionales de comportamiento colectivo. Tranquilos vamos explicarnos:
Pongamos como ejemplo la financiación personal. A fecha de hoy nos encontramos probablemente uno de los puntos más bajos (si no el más bajo) de concesión de préstamos y créditos personales, una realidad incontestable, que sin embargo se debe enfrentar a otra también poco dudosa; las economías domésticas siguen necesitando financiación. En este contexto el aumento de los préstamos entre particulares se ha convertido en un verdadero motor subterráneo de la financiación personal, estamos hablando obviamente tanto de esas aportaciones en forma de préstamos que ya me devolverás con las que hoy en día las familias se apoyan en la medida que pueden, hasta verdaderos préstamos entre particulares correctamente formalizados (que por otro lado es como se debe hacer) y que se destinan a cuestiones como la compra de vivienda.
Si a usted le cuesta creer esto no tiene más que acudir por ejemplo a los informes periódicos de los datos sobre las firmas de hipotecas en nuestro país y cruzarlos con el número de operaciones de compraventa realizadas en el mismo periodo de tiempo; es probable que se sorprenda cuando compruebe que, en este mismo año, hay meses en los que las hipotecas concedidas apenas superan el 30% de las operaciones cerradas, por tanto existe un 70% de operaciones realizado con otros modelos de financiación, y sí, ahí encontramos la financiación personal alternativa y por supuesto los préstamos entre particulares.
Y esto que tiene que ver con las compras colectivas
Todo. Realmente las compras colectivas se convierten en una expresión de respuesta a un mercado cerrado en el que el individuo como comprador encuentra dificultades tanto en la obtención de descuentos como en la obtención de financiación.
En el caso de la financiación se está desarrollando con fuerza el concepto de crédito P2P al que le dedicaremos próximamente un artículo extenso, como expresión colectiva en la que en un mismo espacio se reúnen personas particulares que necesitan financiación con personas particulares dispuestas a prestar dinero a cambio de una rentabilidad, obviando por el medio grandes partes de los gastos, trámites y problemas que la banca tradicional ofrece.
Por tanto, las compras colectivas, aún muy poco desarrolladas en nuestro país al menos desde el punto de vista instrumental, son una alternativa de respuesta a una situación actual compleja en la que, los usuarios, se agrupan tratando de obtener ventajas a partir de dicho agrupamiento.
En la siguiente página nos acercaremos a los conceptos básicos de las compras colectivas y las experiencias tanto en nuestro país como en el conjunto de Europa, donde se encuentra mucho más avanzado este modelo de acción.
Ahora habría que averiguar si esos préstamos entre particulares también tienen un 12% de morosidad, o a saber si el porcentaje es incluso mayor, porque sinvergüenzas hay en todas partes.
Yo no me fío ni de mi sombra, mucho menos del vecino. Utopías comunistas no, gracias.