El inversor que quiera apostar por la gran banca española debe tener en cuenta que esta estrategia tiene sus pros y sus contras. Es cierto que las acciones están baratas y que el resultado de los test de estrés puede devolver confianza al sector, pero también hay riesgos: la crisis de deuda sigue activa y puede dar más sustos al mercado.
Las principales banderas de la banca española están sufriendo en primera persona las consecuencias de la crisis de deuda soberana. Y es que el nuevo crash de la economía griega ha golpeado con fuerza la cotización de Santander y BBVA en las últimas semanas.
En concreto, Banco Santander cerró ayer en 8,026 euros por acción, mientras que BBVA acabó en 7,925 euros. Ambas cifras están cerca del nivel mínimo que han marcado los dos valores en el último año, que se sitúan en 7,002 euros en el caso de Santander (frente a su máximo de 10,234 euros), y en 6,754 euros en el de BBVA, cuyo máximo anual asciende a 10,708 euros.