Una de las grandes preguntas que se han venido realizando durante estos últimos meses están relacionadas con el futuro del euro. Hay quienes piensan que la moneda única desaparecerá por su falta de competencia real, otros por el contrario creen que no sólo seguirá, sino que tomará mayor fuerza. ¿Cuáles son las dos caras de la moneda?
La realidad es que pensar en la tendencia que una moneda pueda tener resulta complicado ya que no hablamos de un factor netamente matemático, quizá en el sentido más puro lo sea sin embargo la realidad es muy diferente.
Por un lado tenemos las reglas de la economía más o menos precisas y por otro lado está el factor humano, ese que al final es el que decide el camino a seguir y la forma de recorrerlo, de esta ambigüedad justamente es de donde surgen las dos visiones de tendencias para el euro en lo que nos queda de año.
Los pesimistas que nunca faltan
Algunos críticos y analistas consideran que la crisis actual del euro generará una pérdida en su valor y posición privilegiada como la segunda en importancia. Esta idea surge de la suposición que desde hace meses existe sobre la inflación en el valor del euro, originado de la necesidad de mantenerla como soporte de todos los países de la UE.
Pero también surge del temor de no poder sanear adecuadamente las finanzas de aquellos países que se encuentran pasando las peores circunstancias de la crisis, y es que debido a que la idea predominante en la creación de la UE es la de colaboración, los países más estables temen que la crisis les salpique demasiado.
Este temor puede verse sostenido en la noticia que ha surgido el día de hoy relacionada a la posible baja de calificación financiera de Holanda, Alemania y Luxemburgo por parte de Moody´s. Esta noticia se origina de la posible salida de Grecia del euro y de los apoyos económicos que recibirán Italia y España.
Lo cierto es que si no se logra mantener el mismo nivel para todos los países de la UE, algunos ven como una opción más que probable la desaparición de la UE y es que ningún país se sentirá particularmente satisfecho de bajar en sus niveles económicos por las malas gestiones de los países en crisis.
Para los optimistas la crisis es una oportunidad
En contraposición a los que sugieren que puede existir una desaparición de la UE, se encuentran aquellos que piensan que esta crisis puede ser una opción para lograr, de una vez por todas, los objetivos que desde el inicio buscó la Unión.
La principal ventaja que ven los analistas es que la UE por fin establezca esas reglas que han hecho falta desde el inicio, por ejemplo los ordenamientos fiscales o bancarios. Y es que algunos países preferirían que cada uno de los estado miembro de la UE se hiciera responsable de sus propias finanzas al tiempo que entregue cuentas al resto, evitando así inflación en ciertos valores (como ocurrió en España).
Las tendencias positivas que se ven son menores a las negativas, aunque igualmente fuertes, en cualquiera de los dos casos se pueden ver retos importantes para los gobiernos y para la supervivencia de la UE en su posición actual.