La Comisión Europea lo ha confirmado. “No ha recibido ninguna petición de la autoridades españolas para activar la ayuda de urgencia para los bancos españoles, en el marco de la asistencia financiera”. Con estas palabras el portavoz comunitario Olivier Bailly ha terminado de un plumazo con las ilusiones que habían animado el último rally de los mercados, según las cuales los inversores esperaban incluso que España solicitara un segundo rescate para toda su economía.
Las reticencias del Gobierno de Rajoy a sucumbir a las presiones europeas no gustan y la presión ha vuelto. A media mañana el Ibex 35 pierde casi un 2%, y la prima de riesgo escala de nuevo hasta los 551 puntos, con la rentabilidad del bono español a 10 años a las puertas del peligroso límite del 7%, en el 6,9%
El Memorando de Entendimiento que fija las condiciones del rescate a los bancos españoles prevé un primer tramo de la ayuda de 30.000 millones de euros del total de 100.000 millones, que estaría disponible para cubrir eventuales necesidades de capital antes de que Bruselas concluya su análisis sobre el sistema financiero, previsto para el mes de octubre, explicó Bailly.