Apostarle al fútbol en bolsa podría ser tan incierto como el resultado de un partido. Sin embargo, para los grandes magnates del mundo, éste parece ser el negocio de moda, pese a que de acuerdo con los expertos, esta inversión puede ser muy riesgosa y no tan rentable como se piensa. Por Ricardo González, analista de Financialred.
Aunque las últimas movidas de George Soros, quien se quedó con el 7,8% de las acciones colocadas por el equipo Manchester United, en su reciente salida a la Bolsa de Nueva York, el pasado 10 de agosto, y del hombre más rico del mundo, Carlos Slim, quien este fin de semana sorprendió con el anuncio de la adquisición de 30% de los clubes mexicanos Pachuca y León, llevan a pensar que esta es una tendencia nueva entre los multimillonarios, lo cierto es que el ingreso de estos hombres de negocios a las más reconocidas ligas de fútbol empezó tiempo atrás.
De hecho, fue en 2002, cuando Roman Abramovich, uno de los empresarios más ricos de Rusia según Forbes, se hizo al 100% de las acciones del club inglés Chelsea, y tiempo después, Sheikh Mansour bin Zayed Al Nahyan, un árabe multimillonario, le apostó al Manchester City, al comprar participación en el equipo. Este magnate ha señalado que entre sus planes está hacerse al Real Madrid.
Sin duda, la intención de estos inversionistas va más allá de la pasión por el equipo, pues si bien el fútbol no pasa desapercibido en ninguna parte del planeta, la transformación del modelo de negocio, podría ser el principal atractivo para los multimillonarios.
Y es que para los magnates, el hecho de tener participación en equipos de fútbol, les puede significar una reducción importante en los costos de publicidad con sus otras empresas, pues pueden aprovechar esta plataforma para posicionar sus marcas en mercados objetivos, entre otros beneficios. Así mismo, al tener una participación importante en un equipo, los movimientos de los jugadores, que suelen dejar sumas importantes, también pueden ser factores de peso a la hora de buscar rentabilidades. Pero no todo es positivo, pues aunque no todos los equipos están listados en bolsa, los movimientos normales de los mercados pueden representar pérdidas al invertir en acciones de este tipo.
Según el analista de Correval, Juan Camilo Rojas, al igual que las compañías que forman parte del mercado de capitales, las variaciones en las cotizaciones de los equipos de fútbol están sujetas a sus jugadas financieras. “La acción del Manchester, que se negocia en la Bolsa de Nueva York, solo ha caído 5% al cierre del viernes. No es volátil en su precio, pero tampoco ha tenido grandes volúmenes de negociación, pues los primeros días transó alrededor de US$30 millones y ahora maneja un nivel de US$2 millones, mucho menos que Ecopetrol”, expresó Rojas.
Por su parte, para el analista de Alianza Valores, Juan David Ballén, la variación en este tipo de acciones está determinado por una participación importante del equipo de fútbol dentro una competencia, como lo es Uefa Champions League, en las cuales se puede generar algo de especulación.
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