Cine y negocios combinación bien avenida

Cine y negocios combinación bien avenida

El reciente lanzamiento  de Jobs, a medio camino entre biopic y película de negocios, pone de relieve una temática, los negocios, que a lo largo de la historia mantiene una presencia más que notable en el séptimo arte.

En Jobs, muy en la línea de Social Network, donde se nos presenta a un fundador de Facebook totalmente obsesionado por la defensa de la idea de negocio, por encima mismo del propio negocio, asistimos a una supuesta transformación de Steve Jobs en la cual se hace hincapié de manera notable (y a veces incluso un poco excesiva)  en el asfixiante concepto de crecimiento paralelo de negocio e idea que Jobs imponía en Apple, todo ello después de un desarrollo a ratos creíble y a ratos excesivamente edulcorado, del que no revelaremos mucho mas por aquello de los spoilers.

Desde antes incluso del lanzamiento de la obra cumbre Ciudadano Kane, a la que dedicamos un apartado especial más adelante, la presencia del mundo de los negocios en el cine tiende a ser un reflejo de su evolución en el mundo real. Obviamente dependiendo del perfil con el que el director y guionista se enfrenten a la situación tendremos una visión u otra, un ejemplo de esto lo podemos encontrar en dos películas relativamente recientes, ambas recomendables, y ambas centradas en el mismo asunto; el estallido de la crisis de 2008 en Estados Unidos.

Inside Job (Trabajo confidencial) del año 2010 nos muestra en formato documental, galardonado y reconocido como gran trabajo de investigación, no sólo el proceso que desembocó en la crisis de 2008, sino también, la posterior evolución a la crisis mundial, formando un panorama denso pero muy atractivo y sobre todo esclarecedor en el que los antecedentes de la crisis juega también un papel fundamental. Por su parte Too Big to fail (Malas Noticias) del años 2011, en formato telefilm con la calidad habitual en esas lides de HBO, pretende situarnos en una especie de tiempo real en el epicentro de la crisis con el personaje central de Paulson interpretado de manera verdaderamente excepcional por William Hurt, aunque en este caso la película pretende contar, sin profundizar excesivamente, los episodios de los días principales el estallido de la crisis, con lo que genera, al evitar los antecedentes, una gran cantidad de datos de difícil manejo.

Ambas películas son recomendables, una muestra de cómo el cine puede tratar los negocios desde las más diferentes ópticas.

Como recomendable, y muy oportuna en estos tiempos, resulta la nueva película del siempre eficaz Costa-Gavras: El Capital. Una película del año 2012 en la que vamos a acercarnos desde un punto de vista a ratos incluso cruel al mundo de la banca europea desde la perspectiva cínica de un personaje en el que, sin duda, vamos a reconocer muchos rasgos desafortunadamente puestos en relieve en los últimos años en el mundo de las entidades financieras.

Realmente, casi como cualquier género, cada uno de nosotros tenemos una película favorita sobre negocios, que probablemente no esté incluida en esta reseña ¿Cuál es la suya y porqué?

A continuación repasamos dos clásicos irrenunciables de la unión entre cine y negocios Ciudadano Kane y Wall Street.

Imagen: 15299 pixabay.com

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