¿Quién no está al tanto de las prestaciones y facilidades que ofrecen los ordenadores portátiles? ¿Son recomendables de cara a ayudar en el ámbito escolar y universitario? En los últimos años, cada vez son más los alumnos que acuden a los diversos centros con portátiles baratos. Un modelo de ordenador personal, denominado también laptop o notebook, que se caracteriza por tener un tamaño más pequeño que un maletín e incluir una batería de corriente alterna. Su comodidad queda reflejada a la hora de ser transportado y en su utilidad en espacios complejos y puntuales, tales como bibliotecas, aviones, reuniones de empresa, congresos u oficinas.
En lo que respecta a su subvención, concretamente en Andalucía se ha prestado un gran servicio con la contribución del reparto de los mismos a estudiantes de secundaria. El objetivo de esta ayuda no es otro que fomentar la tecnología en los centros educativos y promover la demanda de una herramienta que cada vez es más útil y necesaria dentro del ámbito laboral. Son muchas las regiones de nuestro país que no apuestan por la subvención de este accesorio complementario para el estudio, por lo que se frecuenta la búsqueda online de estos. De hecho, los usuarios que navegan por los mares de internet tienen la posibilidad de encontrar, en determinadas webs para la compra de artículos de segunda mano, más de una decena de anuncios de reventa de los propios portátiles facilitados por la Junta de Andalucía.
Este tipo de anuncios hace alusión a las huellas existentes de una considerable inversión realizada por la Administración pública andaluza, tal y como se mencionó en el párrafo anterior, desde 2009. Durante los dos próximos cursos se materializó la entrega de portátiles baratos y de pequeño formato a los alumnos de Primaria y Secundaria, respectivamente, gratuitamente y sin considerar las rentas e ingresos familiares de cada uno, por lo que no existían condiciones algunas para el reparto de los mismos. Una iniciativa que se tomó en un momento en el que se empezaron a manifestar los primeros síntomas de una crisis económica que alcanzó su máxima expresión en 2012 y reflejándose con los recortes en el ámbito educativo.
Ante este contexto, la Junta de Andalucía acusó en aquel momento al Gobierno del PP de ser el responsable de la congelación de dicha iniciativa. Sin embargo, no hay que olvidar que ésta ya acarreó críticas significativas desde su aprobación, tanto por parte de la oposición, que la calificó dándole un sentido totalmente electoralista, como de los sindicatos, reacios a entender por qué existía una ley que permitía regalar portátiles incluso a aquellos estudiantes que ya tenían uno en su poder. El objetivo de dicha iniciativa era, según afirmó el gobierno en aquella época, que los alumnos que eran obsequiados con estos los utilizarían durante el resto de su etapa formativa. No obstante, la realidad fue totalmente distinta, en determinados casos, ya que comenzaron a anunciarse en portales digitales numerosas ventas de tales dispositivos.
En este sentido, el problema de dicha gestión atiende a un mal uso y a un descontrol que son los verdaderos problemas de un programa tecnológico promovido por una administración andaluza que mantiene su idea. Por consiguiente, se antoja recomendable plantearse la extensión de esta idea a nivel nacional.