Lo que fácil llega, fácil se va. Esta frase podría resumir lo que le ha sucedido a cientos, a miles, de deportistas que un día fueron multimillonarios y después llegaron a vivir casi en la indigencia. Y es que es una realidad que, como los donettes, cuando ganas tales cantidades de dinero te salen ‘amigos’ y buscadores de inversores por todas partes. Si razonamos un poco, no es tan raro que algunos de los deportistas mejor pagados luego lo pierdan todo. Son personas que desde muy jóvenes se dedican al deporte, abandonan los estudios y, por tanto, no tienen demasiada formación.
Hace un año justo, Alejandro Delmás publicaba un artículo en el diario As con el siguiente, y sorprendente, título: El 60% de los jugadores de la NBA se arruina en cinco años. En este reportaje se recogían cifras publicadas, a su vez, por Sports Illustrated, en las que se afirmaba que, al menos, el 60% de los jugadores de la principal liga del mundo de baloncesto se quedaba sin fondos para efectuar sus pagos legales a los cinco años de su retirada. Son conocidos los casos de exestrellas del basket como Allen Iverson, Antonie Walker o Scottie Pippen. El primero llegó a ganar 154 millones de dólares y sólo un indulto le salvó de 20 años de cárcel, el segundo 110 y el tercero 109. Son tres ejemplos de los muchísimos casos que hay de exjugadores NBA que por malas inversiones y vidas desordenadas se han arruinado cuando lo tenían todo. Walker, de hecho, llegó a escribir un libro con el que intentaba “reducir el número de atletas y artistas que van a la quiebra”. Este porcentaje se queda pequeño cuando podemos leer en la misma noticia que el porcentaje de exjugadores de la NFL, la liga de fútbol americano, alcanzaba la desorbitante cifra del 79%, entre otro Lawrence Taylor, uno de los más grandes que militó en esta liga, que llegó a ganar 50 millones de dólares en la década de los 80 y se arruino por su adicción a la cocaína. Puedes leer el artículo completo en AS
En esta misma línea, aunque todavía no arruinado se encuentra Latrell Sprewell, que rechazó un contrato de 21 millones de dólares por tres temporadas porque tenía que alimentar a su familia y con tan poco no llegaba. El escolta terminó vendiendo hasta su barco para pagar deudas.
Territorio aparte es el mundo del fútbol con casos muy conocidos. Garrincha, apodado en Brasil “la alegría del pueblo”, deslumbró con su fútbol en los años 50 y 60, ganó muchísimo dinero, pero murió, con 14 hijos reconocidos, sumido en la depresión y la pobreza por su falta de educación para asumir el éxito. En Italia, el mítico Giuseppe Meaza, murió en la indigencia víctima de una cirrosis y su ludopatía. Gran Bretaña también tiene casos llamativos, como el de George Best, que murió víctima del alcohol, después de haber sido campeón de Europa con el Manchester United y ganar el Balón de Oro en 1968. Otro mítico, en las islas es Paul Gascoine, todavía vivo, pero desaparecido de la escena pública por sus adicciones. En Alemania, el caso más llamativo es el de Andreas Brehme que se encuentra en la quiebra y fue noticia también hace un año cuando se publicó que le ofrecían limpiar baños. Y eso que fue el héroe en el Mundial de Italia’90.
Reconocidos son los casos de otros importantes deportistas como Mike Tyson, que llegó a tener cerca de 300 millones, y en 2003 se declaró en quiebra tras gastar millones en ropa, joyas y financiar su adicción a la cocaína o el caso de Marion Jones, multiple medallista olímpica, que debió devolver sus trofeos por dopaje y pagar una importante multa por lo que se vio obligada a vender la casa de su madre. En béisbol es llamativo el caso de Jack Clark que tras ganar muchos millones, en 1992 debía siete millones por una serie de malas inversiones financieras y en golf es mítico el caso de John Daly cuyo vicio por las apuestas le ha llevado a despilfarrar más de 60 millones de dólares.
En España también hay casos, no tan escandalosos por las cantidades, de deportistas que lo tuvieron casi todo y cuyas vidas dio un giro hasta llegar, casi, a la indigencia como se refleja en un artículo de www.libertaddigital.es del año 2011. Son casos como el del motorista Jon Garriga (fallecido en agosto), el boxeador Poli Díaz o el exfutbolista Julio Alberto, cuyas adicciones a las drogas degeneraron de tal forma que precisaron ayuda profesional. También Andrés Gimeno se vio inmerso en esta lista por una serie de malas inversiones que le obligaron a venderla mayoría de sus pertenencias.
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