Entender la diferencia entre tasas y tributos no solo es útil, sino esencial para saber por qué estás pagando y qué obtienes a cambio.
En las siguientes líneas, veremos qué es un tributo, cómo se clasifica y qué distingue a una tasa de un impuesto o una contribución.
Qué es un tributo
En España, los tributos son pagos obligatorios que las personas y empresas hacen al Estado o a una administración pública. Tienen como objetivo financiar el funcionamiento de los servicios públicos y garantizar el bienestar general.
La Ley General Tributaria los regula y la Constitución reconoce su importancia para asegurar la redistribución de la riqueza y el sostenimiento del gasto público.
Los tributos se dividen en tres categorías principales: impuestos, tasas y contribuciones especiales. Cada uno responde a una lógica distinta y tiene implicaciones concretas para el contribuyente.
Qué son los impuestos
Los impuestos son tributos obligatorios que no están vinculados a la prestación de un servicio concreto. Es decir, se pagan sin recibir algo directo a cambio.
Existen diferentes tipos de impuestos y su finalidad es general: permiten financiar infraestructuras, educación, sanidad, pensiones o justicia, entre otros servicios esenciales. El ciudadano no elige pagarlos ni puede evitar su aplicación.
Los impuestos pueden ser:
- Impuestos indirectos, como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), el Impuesto sobre Sociedades o el Impuesto sobre el Patrimonio. Se calculan según la capacidad económica de quien los paga. Es decir, que gravan directamente la renta del contribuyente.
- Impuestos indirectos, como el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) o los impuestos especiales sobre hidrocarburos o tabaco. Gravan el consumo y no dependen directamente de la renta del contribuyente.
Qué son las tasas
Las tasas son pagos que se realizan cuando una persona utiliza un servicio público[…]Leer noticia completa en la fuente original
















