En algunos países no existe recompensa económica pública para los medallistas olímpicos; en otros, sin embargo, ‘tiran la casa por la ventana’ con sus campeones. Descubre cuáles son y cuánto cobrarán en España los deportistas que acaban de regresar de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro
No es oro todo lo que reluce en el mundo del deporte. Los triunfos en la competición son importantes, por supuesto, pero no es lo mismo ser un futbolista de éxito que un halterófilo ganador. Esta diferencia viene marcada, básicamente, por la ley del mercado. Es decir, por la popularidad de una determinada disciplina, por el número de seguidores con los que cuenta, por el tirón personal y mediático del deportista en cuestión o por el interés de los patrocinadores, entre otros factores. En definitiva, y aunque pueda parecer simplista, por el dinero que un deporte mueva.
La importancia de los Juegos Olímpicos
Huelga decir que las cantidades que se manejan en el boxeo, el motor o el golf, por citar algunos ejemplos, son desorbitadas y es ‘vox populi’ que los futbolistas más reconocidos (Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, etc.) están endiosados hasta límites que realmente ponen en tela de juicio la inteligencia humana. Sin embargo, hay un evento que saca del anonimato a esforzados deportistas -que se dejan la piel tanto o más que sus compañeros famosos- para colocarlos en primera línea, justo delante de los focos. Aunque sólo sea por unos días. Se trata, obviamente, de los Juegos Olímpicos.
En su última edición, concluida en Río de Janeiro hace sólo unos días, han vuelto a cobrar protagonismo los deportes clásicos de este evento: atletismo, natación, gimnasia, etc., pero también otros disciplinas minoritarias, como el bádminton, la esgrima o el hockey, entre otros.
Inversión pública en deporte
La consecuencia más evidente de ese carácter minoritario para estos deportes es la falta de recursos a la que se enfrentan y, guste o no, gran parte del éxito en unos Juego Olímpicos está determinado por la inversión que un país hace en el ámbito deportivo. Así de crudo, así de sencillo.
Por esta razón, muchos deportistas llegan a duras penas a considerarse profesionales. De hecho, en bastante casos, de no ser por la intervención pública sería imposible que pudiesen dedicarse en exclusiva a su especialidad.
Recompensa por una medalla olímpica
Partiendo de esta situación, ¿cuánto dinero debe recibir un deportista que ha dedicado cuatro años de su vida a prepararse para los Juegos Olímpicos? Evidentemente, la cifra de los cuatro años es una referencia relativa, puesto que algunos deportistas apenas realizan un entrenamiento específico para la cita olímpica y es más de carácter genérico y constante (un tenista o un ciclista, por ejemplo); mientras que otros deben, de facto, centrarse en lo necesario para acudir a los Juegos Olímpicos.
Se trate del caso que sea, de resultar un deportista ganador, el Comité Olímpico Español (COE) estipula las siguientes dotaciones económicas para cada supuesto:
- Una medalla de oro implica un premio de 94.000 euros.
- Si se trata de una presea de plata, la recompensa será de 48.000 euros.
- Para los que obtengan el bronce, la cantidad fijada es de 30.000 euros.
- En cuanto a deportes por parejas, las primas son para cada deportista de 75.000 euros, 37.000 euros y 25.000 euros, para oro, plata y bronce, respectivamente.
- Respecto a los deportes de equipo, los componentes de cada cual se llevarán 50.000, 29.000 o 18.000 euros por cada medalla.
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Tributación de los premios olímpicos
Finalmente, aunque en algunos países los deportistas olímpicos están exentos de pagar impuestos, en la mayoría no se libran. Es el caso de EEUU: cada atleta olímpico tendrá que pagar un porcentaje a Hacienda (que varía en función de las cantidades totales logradas) del premio recibido de 25.000 dólares por cada medalla de oro, 15.000 por cada plata y 10.000 por cada bronce. De esta manera, Michael Phelps tendrá que abonar 55.440 dólares en tributos, un 39,5% de los premios obtenidos.
En España, los deportistas están gravados por el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF) y en ese tributo tendrán que declarar los premios logrados, debiendo señalarlo en su próxima declaración de la renta.