El pasado 24 de julio el Gobierno de Gibraltar ordenaba el lanzamiento al mar de 70 bloques de hormigón en aguas próximas al Peñón. El conflicto que se cuece en la colonia británica desde hace alrededor de un año está acarreando unas consecuencias económicas nefastas para los pescadores de la Línea de la Concepción, la localidad más próxima, y otras áreas circundantes al Estrecho.
En todo este tiempo se estima que las pérdidas de estos trabajadores se cifran en torno al millón y medio de euros, unos resultados escandalosos habida cuenta no ya solo de la crisis existente en el sector, sino también por las dificultades que la Unión Europea les impone en materia de legislación y acuerdos para realizar su trabajo.
Los pesqueros se hallan en una situación insostenible. En estos días ultiman realizar diversas medidas de presión para que tanto el Gobierno español como el de Gibraltar acaben de una vez por todas con este conflicto. Los daños colaterales los sufren precisamente aquellos que dedican su vida cada día a faenar en el mar. Lo vienen haciendo sin problemas desde hace décadas, y ahora por las ideas de unos y otros se están viendo abocados a pasarlo muy mal económicamente.
Bloques de hormigón
Y es que, como dicen los propios pescadores, los 70 bloques de hormigón no solo suponen un delito hacia el Medio Ambiente, afectando a los fondos marinos, sino también la imposibilidad de salir de pesca y la navegación de muchos barcos, ya que se hallan a tan solo tres metros de profundidad y llevan consigo unos cilindros metálicos que provocan el destrozo de las redes de los pescadores.
Pero el problema no acaba aquí. Si la situación de los pescadores es insostenible, también se hallan en la tesitura de no poder tomar medidas de presión por su cuenta para no acarrear mayor tensión ni conflictos. La Federación Andaluza de Asociaciones Pesqueras, FAPE, les ha instado a mantener la calma y solicitar que no convoquen ninguna manifestación, ya que la actuación ha de llegar desde el Gobierno central.
Lo cierto es que, si ya de por sí la economía de la zona está mucho peor que mal, este tipo de conflictos devasta por completo lo poco que les queda a algunos para salir adelante. Pérdidas de más de un millón y medio de euros al año es mucho para unas familias que viven exclusivamente de la pesca.