La frase más recurrente para justificar los duros ajustes económicos que están sufriendo los ciudadanos españoles es: «estamos haciendo los deberes». Pero no por mucho repetirla tiene que ser necesariamente verdad. Al menos, esta es la tesis que defiende el Instituto de Macroeconomía y Finanzas, un nuevo centro de reflexión económica que acaba de inaugurar la Universidad Camilo José Cela.
El Economista y profesor de la Universidad de Pennsylvania, Jesús Fernández Villaverde, fue el encargado de dar la conferencia inaugural de esta entidad, que tuvo lugar la el pasado jueves en Madrid. Fernández Villaverde insistió en su análisis que, a pesar de la propaganda del Gobierno, España todavía tiene pendientes grandes reformas si quiere salir reforzada de esta crisis. Entre ellas citó la reforma educativa, recordó la pésima calificación que alcanzan los estudiantes españoles en los exámenes internacionales así como la mala posición de las Universidades españolas en el contexto internacional. Para Fernández Villaverde, España debería estudiar el caso sueco y aplicar decisiones similares para salir de la crisis, contundentes, pero sin olvidar el lado social.
El Instituto de Macroeconomía y Finanzas, está presido por David Taguas, que hasta hace unos meses lideraba la organización de grandes constructoras españolas y que previamente había sido asesor del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El objetivo de esta nueva institución es promover y participar en un el debate sobre la política económica de España, que según aseguran en su presentación en sociedad consideran que «es claramente insuficiente«. Las líneas de investigación se centrarán en los diversos campos de la macroeconomía y la economía financiera que pretenden estimular a través de la organización de cursos, seminarios así como la publicación de trabajos de investigación periódicos, según explicó en la jornada de inauguración el rector de la Universidad Camilo José Cela, Rafael Cortés Elvira.
Este proyecto sería el primero de sus características desarrollado con independencia de los poderes financieros ( servicios de estudios de la gran banca) y de los poderes políticos (organizaciones como Fedea o Fades muy vinculas al Partido Popular), aunque no oculta una clara tendencia social.