Hace unas semanas comentábamos que un movimiento brusco se estaba gestando en el dólar americano y que hasta que no se definiese, no podríamos plantear con fiabilidad suficiente escenarios futuros.
Pues bien, tal y como prometimos, en el momento en que tuviésemos los primeros indicios de hacia dónde se produciría ese movimiento, lo veríamos por aquí, así como sus consecuencias.
Vuelvemos a recordar que el aspecto del dólar, de forma individual, se ha de analizar mediante el Dollar Index. Este es un índice que mide el valor del dólar estadounidense con relación a una canasta de monedas, y esto nos permite tener una visión general de la fortaleza del dólar con respecto a un conjunto de divisas extranjeras.
Actualmente, el Dollar Index se calcula por una media geométrica ponderada del valor del dólar (USD) en comparación con:
- Euro (EUR), 57.6%
- Yen japonés (JPY), 13.6%
- Libra esterlina (GBP), 11.9%
- Dólar canadiense (CAD), 9.1%
- Corona sueca (SEK), 4.2%
- Franco suizo (CHF) 3.6%
Dollar index:
Sin lugar a dudas estamos ante uno de los gráficos más complejos a lo largo de los últimos años. La “guerra” de divisas que parece haberse instaurado a nivel global desde el estallido de la crisis “subprime” causa un comportamiento errático que dificulta la operativa en divisas como el dólar, donde su gráfico ofrece tendencias muy poco lineales.
Sea como sea, más allá de la operativa en el propio producto, su repercusión en los mercados mundiales hace obligatorio su estudio.
En el análisis previo, os comenté que había una línea de tendencia clave, y esta misma semana ha resultado rota a la baja, lo que abre la vía a nuevos descensos en el billete verde.
Esto abre un escenario de continuidad principalmente en lo que respecta a dos factores: el comportamiento de la renta variable americana con respecto al resto del mundo y la excitación que podrían vivir las commodities.
Consecuencia 1:
La debilidad del dólar lastra a las acciones de EEUU
En los últimos años estamos viendo que el comportamiento de los mercados de valores de Estados Unidos está también determinado en gran medida por la dirección del dólar de EE.UU.
En términos generales, a las bolsas de EE.UU. les va mejor que a las bolsas europeas y asiáticas cuando el dólar está fuerte y, por el contrario, con un dólar débil las bolsas norteamericanas tienden a perder fuerza con respecto a sus homólogas extranjeras.
En la siguiente imagen se puede apreciar perfectamente a lo que me refiero.
Pulsar sobre la imagen para agrandarSe puede ver claramente que comparando el iShares MSCI EAFE (ETF que mezcla los mercados de Europa, Asia y Extremo Oriente), dividiéndolo por el índice S&P 500 (línea negra) para generar su ratio, su tendencia es inversa a la tendencia del Dollar Index en los últimos años.
El gráfico muestra que la línea negra tiende a subir (a favor de acciones extranjeras) cuando la línea verde del dólar es débil.
Como ya vimos anteriormente, el dólar muy probablemente va a seguir perdiendo terreno, lo que actúa como lastre sobre las bolsas americanas y repercute en un mejor comportamiento relativo de las inversiones realizadas lejos de Wall Street. Esta es una de las razones de la caída de las bolsas americanas dentro de nuestro ranking, razón por la que ahora opto por inversiones fuera de territorio yankee.
Consecuencia 2:
La debilidad del dólar excita a las materias primas
El billete verde y las materias primas se suelen mover en direcciones opuestas, es decir, un dólar alcista es bajista para las materias primas y un dólar bajista es alcista para las materias primas.
Esta es una de las relaciones básicas entre productos que existe en el intermercado y teniéndola clara nos puede facilitar muchísimo la lectura de ambos gráficos, y no sólo eso, sino que en el caso del índice CRB podemos desgranarlo por grupos de materias primas, tratando de sacar provecho de las commodities que más nos interesen en cada momento (lo veremos antes de la apertura europea en nuestro ranking de commodities).
En el gráfico superior (pulsa sobre la imagen para ver en tamaño completo) se muestra claramente cómo el dólar (línea verde) y las materias primas (línea marrón) siguen caminos opuestos.
He señalado los cambios de rumbo en ambos activos con flechas y vemos que la relación inversa se cumple casi de forma milimétrica (salvo ocasiones puntuales) y los desfases entre los movimientos de un producto y otro son más bien pequeños, llegando a ser prácticamente nulos en un 80% de las ocasiones.
Como hemos visto al principio de esta entrada, el dólar es bajista lo cual actúa como estimulante para las materias primas, y hay que estar atentos porque la señal Atlas está encendida tanto en el dólar como en las materias primas, por lo que es probable que tras la pérdida de soportes en el Dólar, su movimiento se produzca a gran velocidad propulsando a su vez las commodities.
Si queremos diversificar nuestra cartera con estrategias alcistas sobre estos productos, será importante centrarnos en las materias primas más fuertes, algo que veremos antes de la apertura europea de mañana lunes en nuestro ranking quincenal de materias primas, pero que ya os hice un adelanto esta misma semana hablando de las materias primas energéticas.