Leemos en el diario Cinco Días que la autopista Madrid-Toledo acaba de presentar concurso de acreedores. Los propietarios de la AP-41, Isolux, Comsa, Azvi y Sando han tirado la toalla ante la sangría económica que les suponía mantener esta infraestructura olvidada por los conductores. Frente a los 17.000 vehículos con los que contaban sus constructores, apenas es usada por 1.300, las pérdidas que esto ha provocado, aseguran en Cinco Días, que ascienden a los 550 millones de euros, de los cuales 150 pertenecen a expropiaciones que se realizaron para ejecutar las obras y todavía no han sido abonadas.
Más allá de la preocupación concreta por este concurso de acreedores, la decisión preocupa en el sector ya que la de Toledo no es la única autopista que pasa por apuros económicos y su ejemplo podría cundir en el sector. Leer más.