Debido a los vaivenes provocados por la crisis griega, a los que mas tarde se sumaron los rumores que apuntaban a la necesidad que tendría España de ser rescatada por Europa, el volumen de negociación de deuda española se ha duplicado desde llegada la primavera, según el registro de Bolsas y Mercados Españoles (BME).
Concretamente, la plataforma electrónica de negociación de deuda pública de BME ha pasado de registrar operaciones por 16.337 millones en abril a transacciones por 30.000 millones en agosto, lo que representa un incremento del 255% interanual.
Esta cifra casi triplica el total de operaciones gestionadas durante el primer mes del año, que apenas superaba los 13.000 millones deeuros.
Estas operaciones comenzaron a incrementarse sustancialmente desde el mes de mayo, cuando la posibilidad de que Atenas no pudiera hacer frente al vencimiento de sus bonos puso las emisiones soberanas en el punto de mira de los mercados.
De esta forma, España fue uno de los principales afectados, dado el enorme volumen de pagos que debía efectuar a comienzos de julio y a su delicada situación macroeconómica, lo cual llevo a que el tipo de interés asociado al bono español a 10 años se elevó hasta el 4,8%, casi un punto por encima de la tasa de enero.
Asimismo, la prima de riesgo del país alcanzó la cota de los 221 puntos básicos en junio, cuando al inicio del año se mantenía claramente por debajo de los 100 puntos, mientras que BME registró un máximo histórico en la negociación de deuda, 27.681 millones
Durante el mes de agosto, las transacciones con emisiones soberanas españolas que pasaron por BME llegaron a 30.000 millones de euros, lo que supone un 255% más que en el mismo mes de 2009. Un repunte en el que puede haber influido la llegada de tres nuevos operadores a la plataforma de negociación de BME, enfocada a mayoristas: Merrill Lynch, JP Morgan y Royal Bank of Canada.
Ahora habrá que ver cómo reacciona el mercado durante el otoño, ya que los problemas en Irlanda pueden volver a atraer la atención del mercado sobre los países periféricos, entre los que se encuentra España.