Por estos días se habla y se informa a través de varios medios de la reestructuración de las cajas y bancos españoles ante la numerosa cantidad de entidades financieras que componen el sistema financiero español y el lastre que significan además de tratar de sanear al sistema.
Traslademos esto a los Ayuntamientos que no pasan por su mejor momento acorde a la crisis y falta de liquidez. Pero el número de Ayuntamientos existentes en España, está conformado por un conjunto de 8.114, para algunos resultan tan excesivos como la cantidad de cajas del sistema financiero y en particular para el presidente del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, que ha lanzado una propuesta por lo menos polémica y que muchos pensarían que es el de reducir una parte de los municipios existentes.
Claro que no es antojadiza y dejada en el aire, ya que forma parte de una de las medidas que el Círculo de Empresarios propone dentro del documento Administraciones Territoriales.
No basta con aceptar dicha propuesta, ya que primeramente se debería de tener en claro la forma de reestructuración y los pros y contras así como los efectos y consecuencias.
Hoy los Ayuntamientos se encuentran sumamente endeudados y con las arcas casi secas, además de generar con su actualidad el retraso en los pagos a los proveedores y a las pymes no respetando los tiempos de pago y generando morosidad en el tejido que componen las pymes.
Como muchos entienden la actual crisis de España en lo que se refiere al factor interno parte de diferentes ámbitos y sectores, y de ello forman parte del problema económico y financiero los Ayuntamientos que hoy generan un fuerte endeudamiento público y en los últimos años han contribuido a que se acreciente.
Esto hace mirar más profundo que una simple y cuantiosa mano del Estado en forma de partidas económicas, planteándose una seria y series de reformas tendientes a una reorganización y mejorar sus gestiones.
La imagen que se tiene de las administraciones territoriales no es la mejor y se las culpa de influir para mal sobre la eficiencia del sistema económico y social. Lo único queda es dejar de lado los intereses propios y mirar los comunes e impulsar una reforma de las administraciones y un plan de austeridad.
Una de las fórmulas es la de aplicar un mecanismo de compensación automático respecto a una serie de obligaciones tributarias para los agentes que sufrieran de la morosidad de las administraciones territoriales, y que se cumpla obligatoriamente con la Ley de morosidad ya que el solo su incumplimiento colapsa a diferentes sectores lo que genera un efecto dominó acrecentando la morosidad y finalmente infectando al sistema en general.
Será que así como se cree que disminuyendo la cantidad de cajas y exigiendo sus fusiones se arregla el problema, como la propuesta de reducir la cantidad de Ayuntamientos, es para pensar si con menos Ayuntamientos hay una mejor economía. O ¿solo se achica el problema?