Uno de los consejos más usados en el mundo de la inversión es que no conviene ir en contra de la Fed (la Reserva Federal estadounidense), consejo que podría perfectamente extenderse a los demás bancos centrales. La idea es que por muy malas que por muy mala que sea la situación económica los bancos centrales tienen tal capacidad de inyectar liquidez en los mercados que pueden alterar la evolución de las bolsas. La historia reciente corrobora esta idea.
La principal consecuencia (la única dirán muchos) que han tenido las tres rondas de expansión cuantitativa (QE) implementadas por la Fed ha sido una revalorización de los activos de riesgo (básicamente acciones y materias primas). Este comentario viene a raíz de una reflexión que me transmitió un amigo e pocos días. Me decía: “Los bancos centrales, con sus políticas de bajos tipos de interés, están empujando a los inversores a asumir riesgos; entonces hay que comprar acciones”.
El argumento tiene mucho sentido desde luego y, como decía, la historia seguramente le da la razón. Pero hay algo que me molesta en este planteamiento. ¿Por qué debería hacer yo lo que quiere el Banco Central Europeo o la Fed? ¿Por qué debería yo asumir riesgos si no encaja dentro de mí perfil? Evidentemente si el Banco Central Europeo se pusiera a comprar masivamente deuda pública española, la prima de riesgo bajaría de forma inminente y supuestamente las bolsas subirían. Este es el escenario previsto en caso de actuación por parte del BCE. Pero, ¿y si la subida de las bolsas de estas últimas semanas ya hubiera recogido, por anticipado, este efecto? Recuerde que además de “no luchar contra la Fed”, hay otra cita famosa en los mercados: “Compre con el rumor y venda con la noticia”.
No quiero decir con esto que las bolsas no van a subir en el corto plazo. Quiero decir que en materia de inversiones los factores que deben guiar sus decisiones no deben ser externos a usted. Es usted el que tiene que decidir si quiere aumentar el riesgo de su cartera, no su interpretación de lo que harán los Bancos Centrales. La historia también nos demuestra que éstos también cometen errores…
Fernando Luque
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