n estos días que corren, escuchamos y leemos sobre crisis en todas partes. Llega un punto que hasta podemos asustarnos, porque vemos carteles en todas partes que dicen: Crisis Mundial, Crisis Financiera, Crisis en España, Crisis en Europa… y así podría enumerar unos cuantos como Grecia, Portugal, Irlanda, entre otros.
Pero ¿Estamos seguros de saber qué es una crisis y por qué ocurre?
En esta oportunidad, me tomé el trabajo de analizar cada una de las posibles causas (existentes al día de hoy) de una crisis, más que nada para que usted no tenga miedo cuando lee los titulares en los diarios de los días que se vienen.
Primero que nada, una crisis es sólo un conjunto de cambios referidos a cualquier aspecto de la vida, o de un orden pero inestable, que se encuentra en cambios y evolución continua.
Tampoco pensemos en que cualquier cambio impulsa a una crisis, sólo aquellos que en su conjunto hacen del todo un cambio crítico, pero que incluyen un grado de incertidumbre en lo que respecta a su profundidad y alcance.
Bueno hasta acá, creo que no dije nada que no conozcamos, y que se puede aplicar desde la economía hasta la salud mental de una persona. Sin embargo, vamos a cavar un poco más profundo en la cuestión que respecta a la economía o finanzas en general.
Uno de los pioneros en analizar y llegar a una conclusión acerca de las crisis y de por qué ocurren, fue Karl Marx y su teoría de las crisis cíclicas. Lo que planteaba Marx era que aproximadamente cada ocho años y medio el capitalismo registra una crisis. En ese sentido, refería a ciclos económicos como intervalos de desarrollo y crecimiento que producen crisis cíclicas.
El ciclo se compone de prosperidad, crisis, recesión y reactivación. A medida que crece la competencia entre los capitales, crece también la inversión en Capital Constante (compra de medios de producción) que reduce la inversión en capital variable (reproducción de la fuerza de trabajo). La no inversión en la reproducción de la Fuerza de Trabajo, única mercancía productora de valor, ocasiona la caída de la Ganancia del capital en su conjunto. Al bajar la ganancia se reducen las inversiones y por esta vía el empleo y el consumo de maquinarias, materias primas y artículos de subsistencia, multiplicándose el efecto depresivo y expandiéndose a otras ramas de la industria.
Las empresas se arruinan, aumenta el desempleo y la precarización del trabajo, desvalorizándose la fuerza de trabajo. La acumulación de capital resurge para los competidores victoriosos. Dando lugar a la recuperación.
Si bien la teoría no se cumple a rajatabla, sabemos que cada tantos años hay una crisis y cada vez es peor. Esto no es para nada bueno, pero la idea es que cada una de estas crisis no es igual a la anterior, o bien, van variando los conceptos que generan la crisis y por eso surgen diferentes tipos de cataclismos económicos como veremos a continuación.
Crisis de oferta
Este tipo de crisis económica es generada por un desequilibrio del mercado que presenta un defecto en la oferta.
Como ejemplo de esta crisis tenemos a la de 1973. A partir de una crisis energética por la decisión de algunos países árabes de no suministrar petróleo a los países industrializados se generó una subida de los precios del petróleo y de todos los productos en cuyo proceso productivo entraba el petróleo. En consecuencia, cierres de empresas, detención del crecimiento o descenso del PIB en los países afectados y una elevación del desempleo a niveles no conocidos desde la crisis de 1929.
Crisis de demanda
Este es otro tipo de crisis inversa a la anterior, dado que se produce por un desequilibrio del mercado por el lado de la demanda. El claro ejemplo es la crisis de 1929.
Crisis financiera
En este tipo de crisis económica tiene como protagonista a una crisis del sistema financiero, y no tanto la economía productiva de bienes sino fundamentalmente el sistema bancario, el sistema monetario o ambos.
Crisis cambiaria
Es también conocida como crisis de balanza de pagos, donde se incurre en dificultad grave para defender la paridad del tipo de cambio de su moneda y que en muchos casos termina traduciéndose en una devaluación.
Pero ¿cuál es el problema actual? En mi opinión, si bien venimos saliendo de una crisis económica mundial, generada por una expansión ficticia del crédito, o hipotecas en este caso, señalada por muchos como la “crisis de los países desarrollados”, ya que sus consecuencias se observan fundamentalmente en los países más ricos del mundo; estamos en presencia de una crisis estructural en Europa.
Cuando digo estructural me refiero a cuestiones económicas de base no vistas (omitidas intencionalmente) en el momento de colocar al Euro como moneda común. Ahora, cuando se cortan las líneas crediticias, cuando el turismo se ve afectado en el mundo, y cuando las exportaciones no alcanzan a cubrir el déficit de los países “menos ricos” del continente, vemos como explotan en pedidos de auxilio hacia las entidades supranacionales.
Espero que haya quedado algo más claro el panorama que se puede estar viviendo en estos días. No tengamos miedo a la crisis que de ella salen las mejores ideas, pero no seamos tontos de cometer los errores que ya hemos hecho años atrás…