¿Por qué nos cuesta madrugar?

A lo largo de nuestra vida, madrugamos 5 días por semana, excepto los días festivos y el mes de vacaciones. Esta repetición supondría acostumbrarnos a ello, y que el esfuerzo de levantarse temprano sea cada vez menos. Siempre oímos hablar de los que cuesta volver al trabajo después de unas largas vacaciones, o incluso después del fin de semana, el lunes es el peor día.

Esta situación no es algo universal, ya que hay muchas personas a las que realmente no les cuesta madrugar. Pero, ¿son mejores los madrugadores? ¿O los que duermen hasta las 12 de la mañana? Pues la respuesta es que ninguno es mejor o peor. Nuestro horario de trabajo y el día a día, viene regido por unas horas que están impuestas desde hace mucho tiempo.

madrugar

Desde el blog dominalamedicina.com nos hablan sobre esta situación y sobre el por qué de esta situación. Y se basa concretamente en un estudio sobre la cronobiología humana y animal de la mano del investigador Till Roenneberg. Su libro, “Internal Time”. En este libro podemos ver algunas ideas sobre los madrugadores y los «búhos» que nos sorprenderán.

Cada individuo posee un cronotipo y unas costumbres horarias diferentes. Este cronotipo, además de estar dominado por el mismo sueño, lo está por otros muchos factores. Como los genes, la temperatura corporal etc. Y también inversamente, es decir que todos ellos están dominados por el cronotipo.

La idea de «ser mejor» por madrugar, viene desde hace muchos años, cuando los que madrugaban aprovechaban mejor el día, recogían los mejores frutos , comerciaban antes y no cogían todas las horas de calor. Todo eran ventajas.

Además, también depende de la etapa que vivamos. Por ejemplo, el sueño es más tardío en los adolescentes, es decir que les cuesta mucho más madrugar. Y así se ha comprobado en muchos estudios, donde retrasar una hora la entrada al colegio, mejora en general las notas y el rendimiento de los alumnos. Sin duda un gran descubrimiento, que pone de manifiesto que el tener «mejor o peor madrugar» no significa ser vago , malo en los estudios o dormilón. La culpa la tiene el cronotipo. 

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