Tras la aprobación del proyecto en el Consejo de Ministros, elGobierno ha presentado oficialmente los Presupuestos Generales del Estado 2011 al Congreso para su estudio y tramitación. Si algo define al documento del proyecto de PGE 201 -se puede acceder al mismo pinchando aquí- es su austeridad, un extremo que ha reconocido la propia ministra de Economía y Hacienda.
Los Presupuestos Generales del Estado 2011 nos cuentan la historia de un país que va a tener que hacer un esfuerzo ímprobo por ahorrar, como una familia que ha vivido por encima de sus posibilidades y que ahora debe afrontar una etapa de vacas flacas. Para empezar, el gasto no financiero bajará un 7,9%. Del mismo modo, los gastos de funcionamiento disminuyen un 6,7%, en tanto que el de los ministerios lo hará en un 16% general, aunque habrá excepciones en áreas como educación e I+D+i. También se recortará en un 26,9% la partida de infraesctructuras.
En el ámbito laboral, los Presupuestos de 2011 mantienen todas las medidas anunciadas, por lo que hacen caso omiso de la Huelga General del 29S.De esta forma, se aplaza definitivamente la entrada en vigor de la ampliación a un mes de los permisos por paternidad -según el ministerio supone un ahorro de 200 millones de euros- y se mantienen todas las medidas de la reforma laboral.
Pero si hay un punto estrella dentro de estos presupuestos es el referente a los impuestos. Tres cambios de gran importancia y una sorpresa respecto a las polémicas sicav. Para empezar, se confirma la subida del IRPF para las clases más altas de forma que varían las tablas de IRPF con la creación de nuevos tramos para las rentas más altas. La distribución que tendremos a partir de 2011 será la siguiente:
- del 24% para las rentas de entre 5.050 y 17.360 euros
- del 28% para los ingresos de entre 17.360 y 32.360 euros
- del 37% entre 32.360 y 52.360 euros
- del 43% entre 52.360 y 120.000 euros
- del 44% entre 120.000 y 175.000 euros
- un 45% para las superiores a 175.000 euros
Con estas medidas se pretende recaudar 300.000 millones de euros adicionales. Es decir, este aumento de impuestos entraría dentro de la parte de ‘ganar más’ en lugar de ahorrar. En la parte de ingresar más también se encuadra la nueva normativa de las Sicav, que además llega con sorpresa mayúscula: será retroactiva desde el 23 de septiembre, fecha en la que se anunció el cambio. Es decir, miles de millones de euros se van a ver atrapados en estas sociedades sin posibilidad de eludir a Hacienda como sucedía hasta ahora.
En resumen, el cambio del Gobierno impedirá que se saque el dinero sin apenas tributar. En la actualidad las Sicav sólo deben pagar el 1% de los beneficios que obtengan en concepto de Impuesto de Sociedadesfrente al 30% habitual siempre que el dinero permanezca en la sociedad. Es decir, si la Sicav obtiene por sus inversiones 10 millones de euros, sólo tendrá que pagar el 1% mientras el capital no salga de la Sicav. En caso de que un inversor que forme parte de la Sicav -estas deben contar por lo menos con 100 inversores- quiera sacar su dinero deberá pagar el 19%-21% en el IRPF como por cualquier ganancia de capital.
Sin embargo, existe una excepción a esta norma general. Y es que si en lugar de retirar el dinero, lo que se hace es una reducción de capital, esta no tributa. Así, se puede alegar que se trata de una reducción de capital y no de una recogida de beneficios para evitar al fisco -existe un límite fijado en el capital inicial-. Los cambios normativos del Gobierno atacan precisamente este tipo de actuaciones.
El tercer gran cambio en materia fiscal no es desconocido y se trata de la supresión de la deducción por vivienda habitual con caracter general. A partir del próximo año sólo podrán desgravar por vivienda las rentas inferiores a 24.000 euros. El ahorro ascenderá a 200 millones de euros, pero podría ser la puntilla para el mercado inmobiliario.