Es frecuente escuchar que para ahorrar es necesario recortar los pequeños gastos. Siendo cierto, lo anterior no debe hacernos olvidar la importancia de los grandes gastos en nuestras finanzas personales.
Lo cierto es que resulta de gran importancia el hecho de saber controlar los pequeños gastos que realizamos en nuestro día a día, si lo que queremos es convertirnos en buenos ahorradores. Pero, la verdadera clave para ahorrar de manera adecuada reside en la administración del dinero que poseemos en la cuenta.
Esto se traduce en saber hacer uso del dinero, ya sea en gastos grandes o pequeños. En comida, por ejemplo, solemos hacer un derroche de dinero bastante grande si no nos planificamos de la manera adecuada o tiramos de precocinados la mayor parte del tiempo. Algo que ocurre con frecuencia si trabajamos demasiado tiempo fuera de casa o simplemente no disponemos del tiempo necesario para cocinar entre semana, por la razón que sea.
Para poder ahorrar habrá que prestar muchísima atención a cada gasto y tratar de minimizarlos al máximo. Un buen método para lograr esto, es realizando un planning semanal de comidas y preparándose los días anteriores o incluso los fines de semana y congelarlos para su posterior uso.
Importancia de los grandes gastos
Hay una gran controversia entre aquellos gastos que se consideran “grandes” y los que no. Un claro ejemplo de esto es la hipoteca. La mayor parte de los usuarios tiende a pensar que se trata de una deuda sana, porque a la larga acabarán siendo propietarios del inmueble que se encuentra hipotecado.
Esta idea no es del todo acertada, puesto que si meditamos entre lo que es una salida de dinero o un gasto, nos daremos cuenta de que la hipoteca es un gasto más que debemos asumir. El razonamiento que lleva a esta conclusión es muy simple: para adquirir nuestro inmueble hay que abonar una cantidad de dinero de forma sistemática durante un gran periodo de tiempo. Y aunque se puede ver como una inversión patrimonial, la repercusión sobre nuestro bolsillo hace que la sintamos como un gasto, y no menor precisamente.
Y, además, no se trata de un gasto que podamos recortar como haríamos con el tema de la alimentación. Es una situación que también se da si compramos un vehículo, y en general con los productos de ahorro e inversión. Por ello, consideramos que prestar especial importancia a todos ellos nos garantizará el éxito en el ahorro.
Prestar atención a los grandes gastos
Como veníamos diciendo, los grandes gastos son aquellos que si escogemos de la manera equivocada o perdemos el control sobre ellos, pueden dañar nuestro bolsillo de una forma muy grave, y en algunos casos de manera permanente.
De nuevo, la hipoteca es un ejemplo muy claro sobre esto. No escoger la hipoteca adecuada puede acarrear un sinfín de problemas para el usuario. Algo que, a largo plazo, puede condenar por completo sus finanzas personales.Hacer frente a una hipoteca que no es apta para nuestros bolsillos, generalmente supone un sobrecoste de las cuotas o incluso llegar hasta el punto del endeudamiento. Se trata de una situación que es más común de lo que nos imaginamos, por eso es importante ser realistas, razonables y conscientes de los gastos a los que podemos hacer frente con nuestra nómina.
En el caso de los productos de ahorro e inversión ocurre algo muy parecido. No se suele considerar como un gasto, pero teniendo en cuenta que hablamos de una salida de dinero que no resulta retornable de forma instantánea, podemos considerarlo como uno. Por lo tanto, también en estos casos hay que ser precavidos y escoger de manera adecuada todo lo que contratamos.