Ni un día ha esperado el nuevo presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, para comenzar a actuar. Apenas unas horas después de asumir el cargo ha solicitado la intervención pública de la entidad financiera madrileña , cuando los rumores apuntaban que esa decisión no llegaría antes del viernes.
La noticia que un principio puede desatar el pánico entre los ahorradores que tienen depositado su dinero en la entidad, aunque los expertos aseguran que la reacción debe ser la contraria. Si el Estado se hace cargo del banco es para evitar la bancarrota y asegurar los depósitos actuales. La inyección de dinero público y el cambio del equipo directivo están encaminados a enderezar el funcionamiento y la refinanciación de la entidad.
Además, apartar de la dirección a los perfiles más políticos y sustituirlos por un banquero de amplia trayectoria es, sin duda, un mensaje con el que se pretende recuperar la confianza de los inversores internacionales.
La situación es muy diferente ,en cambio, para los accionistas. Desde que el pasado viernes comenzaran los rumores sobre la situación límite de Bankia, sus acciones han perdido.
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