Los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE) ya están desilusionando. Si ya el señor Cristóbal Montoro anunció duros ajustes de cuenta, parece ser que vamos por otro camino. Los presupuestos estipulados para el año 2013 son para cubrir esencialmente gasto social, cifrado en 169.775 millones, el 63,6% del total, en pensiones, que serán revalorizadas pero ha sido traspasada la línea roja al querer romper la llamada ‘hucha’ de las pensiones, para disponer de más de 3000 millones, y el apartado más frágil de los presupuestos; los famosos intereses de la deuda. Nada más y nada menos que van a aumentar el 34%, hasta los 38.590 millones, lo que se resume en 11.000 millones más que en 2012.
El ajuste fiscal por medidas estructurales será equivalente al 1,34% del PIB, lo que supone unos 13.000 millones. En concreto, el gasto se ajustará un 0,77% del PIB e ingresos, un 0,56%.
Los ingresos para el Estado serán 105.311 millones de euros (37 % más). El Gobierno vaticina ingresar un total de 175.177 millones (3,8% más). En concreto, 74.215 millones por el IRPF (1,5% más), 19.012 millones por el I.S (2,8% menos), 19.956 millones por los impuestos especiales (8,3% más), 7.337 millones por ingresos tributarios (26,2% menos) y 54.657 millones por el IVA (14,6% más).
El 63,6% del gasto estará destinado a partidas sociales; el 17,2% a transferencias a otras administraciones; el 6% a servicios públicos básicos (justicia, defensa, seguridad ciudadana y política exterior); el 4,6% al resto de actuaciones; el 4,5% a actuaciones de carácter económico (agricultura e industria) y el 4,1% a actuaciones productivas (infraestructuras e I+D+i).
Las necesidades de tesorería para la Seguridad Social de más de 3000 millones son por el ratio de 2,39 afiliados a la SS, sin contar los 2,85 millones de afiliados que están en paro, por cada pensionista. El fondo de Prevención era intocable, hasta hoy.
Asimismo, se anuncia el Plan PIVE (Programa de Incentivos para Vehículos Eficientes). Trata de subvenciones de 2.000 euros a la adquisición de un vehículo alternativos, en cuanto a combustible se refiere. Se reparte al 50% entre el fabricante o distribuidor, mediante descuento en el precio. La pregunta es, ¿es tan necesario el intervencionismo hasta en el mercado automovilístico? Dudo mucho que cese la caída del sector, simplemente ayudará a mantenerse a empresas líderes.
El limbo macroeconómico que sigue el Gobierno mantiene la previsión de caída del 0,5% del PIB para 2013 y reconoce que la tasa de paro se mantendrá el próximo años por encima del 24%.
Además, la deuda pública podría cerrar en máximos de 75,9%. De cara a 2013, las previsiones que maneja el Ejecutivo son superar el 80%. En el ejercicio 2011 la deuda pública suponía el 68,5% del PIB español. Por lo que hasta ahora, no es que no hayamos avanzado en materia, si no que estamos retrocediendo aún más. Las reformas son vistas a sentencia para larga duración.
Con el objetivo de controlar el gasto de todas las administraciones públicas, el Ejecutivo va a crear una autoridad fiscal independiente. La intención es que esta institución es que sea capaz de anticipar las desviaciones en los presupuestos de las administraciones. ¿Pero no existe ya un Ministerio de Economía y el BdE encargados de ver movimientos próximos? Aclarémonos. ¿La recentralización es general o individual, con favoritismos despezando los organismos económicos?
¿Cuál es el “plan” cuando se dedica, por activa y por pasiva, a cumplir los requisitos del déficit, mientras que los expertos indican todo lo contrario?
El déficit es emisión de deuda. Lo que se busca es que esa emisión de deuda no sea demasiado grande. Veo medidas contraproducentes. Por ejemplo con la subida de las plusvalías a corto plazo el Gobierno espera recaudar 90 millones de euros. ¿Machacan el ahorro para unos míseros 90 millones? Decirme qué son 90 millones para el estado.
Y para rematar la faena, el Gobierno no rebajará las cotizaciones sociales como había anunciado. Entonces, ¿dará marcha atrás en el IVA?
Si el gasto ha subido un 5,6%, ¿dónde está el ajuste? Estamos inmersos en un sistema de planificación de gasto cada vez más arduo, y la retórica es justo la contraria. Ahora entiendo porqué Alemania, Holanda y Finlandia no quieren financiar un euro más en manos de políticas peronistas, una noticia, ignorada en el día pero que recaerá en la opinión pública cuando se haga efectiva.