Desde principios de este año y hasta hace un par de semanas, la escalada en la cotización de los metales, tanto básicos como preciosos, fue el escenario predominante en el mercado de las materias primas.
Este impulso estuvo dado por el creciente optimismo respecto de la recuperación mundial, la cual, siempre resulta un incentivo para la demanda de metales, productos básicos en la industria y la joyería.
Sin embargo, en las últimas semanas, este impulso se detuvo, producto de laincertidumbre del yuan en China, combinado con los problemas que atraviesa no sólo Grecia sino toda Europa.
Las recientes caídas se vinculan directamente con las medidas económicas adoptadas por China. El gigante asiático aprobó medidas más estrictas para atenuar la inflación, aunque para las materias primas esto derive en un efecto negativo, producto del enfriamiento del crecimiento.
Así, después de que fueran anunciadas medidas como el aumento del mínimo de las tasas hipotecarias y el fortalecimiento de los controles sobre adquisiciones de segundas y terceras propiedades, la actividad de la construcción china se ha desacelerado. Como consecuencia directa de dicha disminución, se enfría la demanda acero, del cobre y de otros materiales de construcción.
Bank of America Merrill Lynch, ha publicado un informe en que se mantuvo cauto respecto de la evolución de los metales base, sobre todo en el tercer trimestre de este año.
Sin embargo, China no es el único culpable de los descensos registrados. La crisis de deuda helénica ha puesto en tela de juicio la evolución de otros países con finanzas débiles, como España y Portugal. Aunque ya se ha puesto en marcha el plan de rescate de Grecia, son varios los países con altos déficits fiscales, lo que pone en evidencia la existencia de serios problemas estructurales en la zona euro, que aún distan mucho de ser resueltos. Esto también ha generado dudas respecto de la fortaleza de la recuperación.
Por último, se especula respecto de la subida de los tipos de interés por parte de EE.UU. Al producirse esta situación, el dólar, la moneda de denominación de los precios internacionales de los metales, se fortalecería. Un fortalecimiento del dólar, siempre ha empujado al descenso en los precios de las materias primas.
El anteriormente expuesto, es el escenario cortoplacista, sin embargo, a medio-largo plazo, es decir en un horizonte de 3 a 5 años, se prevé que la demanda de metales por parte de las economías en crecimiento como China, India, Vietnam, Brasil y México provoque un rebote en los precios de los metales.