La repentina salida de Francisco García Paramés de Bestinver ha dejado a muchos de los inversores en los diferentes fondos de la gestora con una pregunta rondado su cabeza ¿Y ahora qué? Sin su gestor estrella y con dudas sobre lo que pueda pasar con su núcleo duro muchos se plantean si ha llegado el momento de abandonar también el barco.
Las desaveniencias entre Paramés y la cúpula de Acciona no eran nuevas, pero pocos podían esperar un final tan abrupto. Sin Paramés en sus filas, ahora resta preguntarse cuál es el futuro de la gestora a cargo de Luis Rivera desde verano y que ya ha anunciado al sustituto de su ex director general de inversiones: Beltrán de la Lastra. Demasiadas novedades como para que no haya un mar de dudas corto plazo.
Desde Bestinver aclaran que no se produce ningún cambio en su filosofía y quizás por ello siguen Álvaro Guzmán de Lázaro y Fernando Bernad, parte del núcleo duro de Paramés y que no han motivo ficha todavía. Sin embargo, huelga preguntarse si tanto Acciona como el nuevo director de la gestora no eran consciente de las tensiones y de la situación como para haber actuado de otra forma u ofrecer una imagen de menos improvisación -aunque la contratación express de Beltrán de la Lastra muestra que ya habían buscado sustituto-.
¿Y ahora qué? ¿Hora de salir de Bestinver?
Esto es lo que se plantean la mayoría de inversores. La unión entre los resultados de Bestinver y Paramés siempre ha sido más que estrecha. Actualmente Bestinver es una de las gestoras de fondos de inversión y de pensiones más reputadas de Europa y gestiona un capital de 7.0000 millones de euros. Muchos de sus inversores son fieles seguidores de Paramés y como adelantaban desde Estrategias de Inversión, hay gente que ya ha pedido marcharse.
Sin embargo, antes de tomar la decisión de vender las participaciones de Bestinfond o cualquier otro producto hay ciertas consideraciones que merece la pena tener en cuenta. Como apunta Marcos Luque en un hilo de Rankia, no parece que la gestión de los fondos vaya a cambiar de la noche a la mañana -recordemos que el equipo gestor, salvo Paramés, sigue allí. Por eso mismo, tampoco hay que vender a cualquier precio y puede ser mejor esperar a que llegue nuestra ventana de liquidez en lugar de hacerlo de forma inmediata y pagar la consiguiente comisión de reembolso.
¿Qué ha ocurrido en situaciones similares?
Por más traumática que pueda parecer, la salida de Paramés no es la única que han vivido los fondos españoles. Lo que nos dice la experiencia es que si bien el fondo puede seguir siendo rentable, inevitablemente verá cómo parte de los partícipes deciden hacer las maletas. La salida de Guillermo Escribano de Metagestión em 2012 se dejó sentir en el capital gestionado por su fondo estrella, Metavalor, cuyo patrimonio bajó un 33%.
Mucho antes, en 2007, Thomás de Carranza dejaba Fonditel y su fondo Velociraptor perdía 50 millones en su cartera el mismo mes de la salida del gestor. Por fortuna, hay casos más halagüeños, como el de Iván García en Aviva, a cuya marcha para aceptar una oferta de Banco Santander, el fondo estrella de la firma respondió en 2012 con un revalorización del 10%.
Lo que sí parece claro es que habrá muchos que dejen Bestinver ante la incertidumbre de lo que pueda pasar, pero también que, a priori, no debería de haber motivos para la alarma.
¿A quién más afecta la salida de Paramés?
Además de los propios inversores y partícipes de los fondos de Bestinver, lo cierto es que toda la industria de fondos se va a ver afectada. Estamos ante uno de los gestores con más renombre, que deja un enorme hueco y dudas acerca de qué pasará con su equipo gestor -Paramés cuenta con cláusulas leoninas que le impiden trabajar en la competencia por un plazo de dos años-.
Y de forma colateral, también habrá que vigilar qué ocurre con todos los pequeños valores en los que invertía Bestinver. Como explican desde Bolsa.com, éstos pueden ser unos de los más afectados y también los que causen algún problema de liquidez para la propia gestora. Y es que si se produce una fuerte salida de capital en Bestinver, la empresa podría verse obligada a vender parte de su cartera, donde podría haber títulos que no tengan suficiente liquidez, lo que a su vez se traduciría en pérdidas para la acción en la que esté invertida el fondo.