Dos gigantes de la banca europea, Santander y BNP Paribas, y el mayor banco polaco, PKO, se han disputado con uñas y dientes la compra del desconocido Bank Zachodni. La hasta ahora filial en Polonia del banco irlandés nacionalizado Allied Irish ya es propiedad del grupo que preside Emilio Botín, al que no le ha temblado la mano para pagar 2.938 millones de euros.
¿Simple voracidad? ¿Cuestión de oportunidad? Según un informe de Citi, Zachodni era el último banco importante del país que aún podía ser adquirido –tiene una cuota de mercado del 6,5%- y la operación tiene sentido estratégico por el elevado crecimiento económico de Polonia.
Mientras, OHL está negociando la compra del 51% de la constructora polaca Hydrobudowa Polsk por 125 millones de euros. El grupo polaco no sólo participa en la construcción de tres de los estadios de fútbol que acogerán la próxima Eurocopa de Fútbol de 2012; también tiene intereses en los negocios de tratamiento de aguas y el desarrollo de instalaciones energéticas.
A la espera del cierre de esta operación, la inversión española en Polonia este año superaría los 3.000 millones de euros, frente a los poco más de 1.300 de los seis años anteriores. ¿Cómo se explica esta ofensiva? ¿Está justificada?
La apuesta de España por Polonia no es nueva. En 2006 la inversión española en el país fue de 244 millones de euros, y en 2007 más que se duplicó hasta los 545 millones. Ese año, España fue el cuarto inversor en Polonia, antes de que la crisis internacional redujera la ofensiva.
Hoy, tres ejercicios después, las inversiones están más que justificadas. La economía polaca creció el 1,8% en 2009 y las previsiones para este año apuntan a un alza del 2%. Según un estudio de Crédito y Caución “en la mayoría de los sectores, la situación es ahora mucho mejor que en 2009. Las empresas que consiguieron capear lo peor de la crisis económica en el segundo semestre de 2008 y en el primer semestre de 2009, presentan ahora mejoras en sus resultados y comportamiento de pagos”.
Un caso elocuente es del de sector constructor. Polonia, que entre el período 2007-2013 recibirá 67.000 millones de euros en fondos estructurales de la Unión Europa, es uno de los cuatro países en los que la producción en el sector de la construcción había crecido hasta julio respecto al mismo período del año pasado, según datos de Eurostat.
Al mismo tiempo, España ha registrado el mayor descenso –un 36,5%, cinco veces por encima de la media- de la zona euro. Ferrovial –a través de Budimex-, Acciona – Mostostal- y ACS –Pol-Aqua- están presentes en Polonia, un mercado en el que también tienen intereses grupos ligados al ladrillo como Martinsa-Fadesa, Realia, Grupo Sando o Prasa.
Las infraestructuras pendientes de construcción y la pujanza de la promoción hacen que la élite del ladrillo español esté peleando a brazo partido en suelo polaco. Con la ventaja añadida de la mano de obra cualificada y barata de un país que ha superado a España en términos de competitividad.
Según el Foro Económico Mundial (FEM) España ocupa el puesto 42 –pierde nueve posiciones- mientras Polonia salta del puesto 46 al 39. Otra inversión española importante es la de Fagor –el quinto fabricante mundial de electrodomésticos- , que recientemente ha refinanciado la deuda de su filial FagorMastercook.
También tienen presencia en el país firmas como Gestamp Automoción, Gonvarri, Ficosa, Grupo Antolín, Roca, Telepizza, La Caixa, Iberdrola o Gamesa.
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Imagen – Pawel Kabanski