Los depósitos continúan entre los más rentables entre los productos financieros en la primavera 2011. La nueva guerra de pasivo ha abierto una lucha muy fuerte entre entidades grandes, medianas y pequeñas, y nadie se ha quedado fuera de la posibilidad de captar dinero en el mercado minorista.
Muchos han intentado seducir a su clientela con los depósitos estructurados de alta rentabilidad, que si bien son los que mayor riesgo tienen, ofrecen una alta remuneración en caso de que se cumplan las condiciones, pero a largo plazo siempre y cuando la bolsa, o las materias primas les sean favorables.
En el otro extremo, sin especulación, aparecen los depósitos con tipos fijos, las variantes son a través de Internet, en oficinas y a diferentes plazos, sin olvidarnos de los que remuneran en especie.
Sin embargo, una de las opciones intermedias a los estructurados y las clásicas IPF son los depósitos referenciados al Euribor. Un año atrás, despreciados por todos, con escasas ofertas y con remuneraciones muy bajas, vuelven a tomar fuerza impulsados por la evolución de este indice.
Si bien las propuestas no abundan, parecen ser alternativas interesantes porque en 2011, el Euribor seguirá su carrera ascendente. Pero ¿donde radica el temor? Es tan simple como las políticas de la banca, los diferenciales que en estos momentos aplican a los depósitos de este tipo son bajos, y no compiten con las ofertas actuales, con un umbral de rentabilidad que supera al 4%, mientras que los variables sobrepasan levamente el 2%.
Es difícil que en estos momentos las entidades se embarquen en esta aventura. Lo mismo que ha sucedido con las hipotecas cuando viviamos mínimos históricos, sucede ahora, aquí no existe el suelo hipotecario, pero el techo en la rentabilidad variable es tácito, no está escrito, pero nadie ofrece ofertas que seducen.
En fin, si apuesta, hagalo fuerte, y no con estas ofertas a medias tintas…