La salida de la crisis de los estadounidenses no parece haber sido clara. Ahora, se encuentra frente a una nueva crisis inminente de deudaque podría desencadenar una nueva recesión. Esto trae, como primera consecuencia, peligro en sus inversiones en el mercado bursátil y derribaría la confianza en la economía más poderosa del mundo.
Frente a un plazo que vence en agosto para elevar el límite de deuda del país o afrontar las consecuencias, el clima es tenso en el país, aunque su pueblo aún no lo comprende, o realmente, está tranquilo.
Ciertas advertencias en general apuntan a que los “mercados financieros cundirían al pánico“, tal como indicó el presidente de la Comisión Presupuestaria de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, lo cual llevaría al derrumbe en la capacidad del país para solicitar préstamos y lanzaría al Gobierno a un “precipicio de crédito”; algo que sería impensado en un país que sostiene la actividad económica mundial.