Todos sabemos que la receta que exige e impone Alemania para salir de la actual coyuntura económica se basa en una palabra mágica y maldita a la vez: austeridad.
Pero el tiempo está demostrando poco a poco que tal vez este remedio esté un poco obsoleto y resulte del todo insuficiente si no se acompaña a la vez de medidas de crecimiento económico.
La prueba radica en que continúa en aumento el número de miembros de la zona euro en recesión: Eslovenia, Chipre, Grecia, Portugal, Italia, España. Pero sumen a la propia zona euro, porque el Banco Central Europeo revisó a la baja sus previsiones para el año 2013 y no llevó a cabo nuevas medidas para estimular la economía. Mantuvo los tipos de interés en el 0,75%, mínimo histórico (algo que ya esperaba el mercado). En principio, se espera que el Producto Interno Bruto de la zona euro se contraerá 0,5% en 2012 y 0,3% en 2013 y se volverá a crecer en el 2014 pero solo un 1,2%.
Es más, Francia, que es la segunda potencia de la eurozona, ha perdido la máxima calificación crediticia de su deuda, hecho que tuvo una primera reacción: que los fondos de rescate europeos pierdan la triple A.
Incluso Alemania también está comenzando a sufrir los efectos de su propia medicina. El Bundesbank estimó que la economía alemana solo crecerá un 0,4% en el 2013, muy por debajo del 1% que se espera. También la caída de la producción industrial del 2,6% con respecto al mes anterior (la mayor bajada en tres años y medio) muestra la realidad existente.
En España, nuestra economía registrará en el año 2012 una contracción del 1,3% que se agravará el próximo año hasta el 1,4% debido a la desaceleración prevista para la eurozona, elevando la tasa del paro casi al 27% en el ejercicio 2013. Además, España no logrará cumplir sus objetivos de déficit en los próximos años.
En Italia, Berlusconi retirará su respaldo al gobierno provisional tecnócrata de Mario Monti. Este hecho podría obligar a realizar elecciones anticipadas, provocando a su vez inestabilidad política.
Estados Unidos vive pendiente del fiscal Cliff (abismo fiscal), el tiempo corre y el 1 de enero se acerca, fecha clave, puesto que han de resolver este problema antes de dicha fecha, ya que en caso contrario la economía norteamericana entraría en recesión, arrastrando a Europa.
¿Pero qué sucedería si no hay acuerdo y salta el fiscal cliff? Se produciría un fuerte incremento de la presión fiscal a la vez que recortes de los gastos públicos (hablamos de una cuantía de 600.000 millones dedólares), todo esto debido a que caducaría la moratoria fiscal que estableció Bush cuando fue Presidente de Estados Unidos.
¿Y qué consecuencias económicas supondría todo esto? Es difícil decirlo con exactitud, pero a groso modo decir que la tasa de desempleo aumentaría (personalmente estimo que mínimo en un 7-8%) y que el PIB seguramente se reduciría algo más de un 1,2%.
Así pues, en principio, la renta variable europea no tiene muchos argumentos para subir, al igual que el euro, pero claro, llegan estas fechas y surgen algunas pautas estacionales:
– Diciembre-Enero: consiste en que desde el comienzo de diciembre hasta el final de enero, los mercados suelen subir en más del 60% de las ocasiones (pese a que en muchas ocasiones los primeros días de diciembre puede estar lateral e incluso bajista).
– La pauta de final de año: establece que desde el tercer viernes de diciembre (que terminan los contratos de futuros y de opciones) hasta el 31 de diciembre, por regla general suelen subir los mercados.
– Desde el 25 de diciembre hasta los primeros días de bolsa de enero (generalmente los dos primeros días de negociación bursátil): suele haber subidas. Esto es debido a que las pagas extra de navidad son utilizadas por muchas personas para aportar a los fondos de inversión y a los planes de pensiones, de manera que las gestoras, al recibir un flujo de capital, destinan parte del mismo a comprar más acciones, por lo que los mercados tienden a subir.
Es importante recalcar que las pautas estacionales, aunque se basan en causas y motivos conocidos, no dejan de ser meras cuestiones estadísticas, por lo que no se deben considerar nunca como el Santo Grial ni como aun dogma que deba de cumplirse siempre.