La entrevista es el acto donde uno se da a conocer ante un potencial empleador, colega o socio. Automaticamente asociamos la palabra entrevista a una reuión formal donde el candidato es llamado para cubrir algun puesto. Pero no siempre es asi.
Parte del marketing personal es salir a buscar las entrevistas de forma casual o informal, pero que a la vez tiene el mismo obejtivo: darse a conocer y dejar una buena imprensión para ser tenido en cuenta para algún puesto.
La primer pregunta es dónde encontrar a la gente que queremos conocer. Hay lugares que están diseñados para eso como las ferias de empleo. Las jornadas, los congresos, conferencias, clínicas o talleres son lugares ideales para conocer gente del círculo profesional que interesa. No hay que tratar de llegar a los profesores o expositores, cualquier compañero es un potencial contacto.
Hay sitios mas informales todavía pero mucho mas efectivos y directos: cumpleaños de conocidos en común, salidas a tomar algo o a cenar. No hay que dudar en pedirle a los amigos colegas que inviten a after office, fiestas empresariales, reuniones sociales.
Hay que tener en cuenta que todas las personas que asisten son potenciales empleadores o futuros compañeros que pueden pasar el dato cuando busquen empleados en sus lugares de trabajo. Por eso cuando nos relacionamos, aún con nuestros compañeros de curso o asistentes a foro es bueno tener algunos puntos en cuenta validos para cualquier tipo de entrevista:
– Nunca hay una segunda oportunidad para dar un primera impresión. La presentacion debe ser impecable, empezando por el aspecto que debe ser agradable. Detalles de pelo, maquillaje y uñas en las mujeres, perfume y ropa no del todo informal.
– El tiempo es oro. Tambien para las entrevistas informales. Se debe ser concreto y conciso, teniendo muy en claro qué es lo que se busca. Pensar cómo uno quiere ser recordado, las primeras frases, las del saludo, son las que definen: Soledad Fortino, artista plástica. Evitar las redundacias por el temor de no poder abarcar todo: “Soy Sole, y hago un poco de pintura pero tambien canto, tengo media carrera de medicina aunque me encanta la economía”
– No demostrar impaciencia o ansiedad. Ante la presentación de una persona que nos interesa evitar “atacarlo” con preguntas o dejarle en claro que es un acercamiento con una finalidad: “Soy Alejo Mormiño, productor” – Soy Sole. ¿Te puedo dejart el curriculum?
– Escuchar qué necesita el potencial empleador y presentarse como una solución. Por ejemplo “Soy Alejo Mormiño, soy productor y estamos haciendo un programa de turismo” – “Soy Soledad Fortino, estuve sacando fotos en doce ciudades para una publicación, ¿Te sirve?
– Hacer todo lo posible para que generar un contacto duradero. Ante un intercambio de tarjetas (tener en cuenta que es mucho más importante conseguir la del otro a dar una) comienza un trabajo fino de crear un vínculo. Escribirle un mail, recordarle el punto de encuentro, decirle que agende los datos de contacto y de ser viable hacer alguna pregunta que obligue a la persona en cuestion a responder el mail y poder comenzar un contacto mas fluido.
– Tener cuidado (sobre todo en circunstancias informales) de las formas con respecto a la actitud: hablar mal de otra gente, pasarse de copas, ser muy confidente, ser muy confianzudo.
Las personas que tienen el poder de decisión en los trabajos conocen mucha gente que se acerca a ellos con fines laborales. Hay que marcar la diferencia del resto y la informalidad puede ser la clave.
Imagen – Municipalidad de Maipú