¿Cómo saber si la fiebre del oro se acerca a su fin?

A partir del año 2008 muchos inversores, y algunos avezados incluso algo antes, aumentaron velozmente su exposición al oro, como un método para protegerse de los avatares económicos que se estaban suscitando.

Esta estrategia no sólo ha resultado eficaz, sino que les ha proporcionado pingues ganancias. Es por todos conocido, que la revalorización que el oro ha alcanzado en este periodo es impresionante, llevando en dos años, el precio del metal de 700 dólares la onza a superar los 1.200.


Estos montos, aún ajustados por la inflación de EE.UU., son los más altos de los últimos treinta años. Entonces, comienza a circular cada vez con más fuerza, una pregunta…. ¿hasta cuando continuará este rally en el precio del metal?.

La posibilidad de saber si el actual es el techo para el precio del oro, o si por el contrario, el mismo alcanzará aún mayores ganancias o perderá los máximos alcanzados hasta el momento, es un dato que todos quisiéramos tener a la mano.

Algunos expertos consideran que el oro ha formado una burbuja que en cualquier momento explotará y se desinflará. Para ello, se basan en que en la actualidad, hay más vendedores en el mercado del oro global que compradores. Esto ha sido provocado, por la insaciable demanda y por los altos precios, que empujan a quienes son poseedores del metal a ofertarlo, para hacerse de un buen rendimiento.

Por otra parte, se encuentran quienes consideran que aún a pesar de la situación previa, las valuaciones del oro continuarán al alza, dado que se estima que los Bancos Centrales de los distintos países del mundo buscarán aumentar sus reservas auríferas en un plazo de dos años.

La realidad es que, en este momento, se escuchan tantas posturas como de oradores se trate. Por el momento, el gran impulso que recibe la cotización del oro se basa en su carácter refugio y su demanda como activo seguro.

Está claro que los bajos rendimientos actuales y la volatilidad de los mercados, reducen el costo de oportunidad de mantener en su cartera un activo que no paga dividendos, renta o regalías. Además actualmente, el oro se ha transformado en una cuasi moneda de cambio inmediato, por lo que ante el temor del rebrote de la inflación a mediano plazo o, lo que resultaría mucho peor aun, el incumplimiento de las obligaciones de pagos de las deudas soberanas, la tenencia de oro se convierte en una alternativa interesante, frente a cualquier divisa de las convertibles del mundo.

Por otra parte, en caso de que la demanda como activo de refugio disminuyera, sea por los motivos que sea, la demanda no caería totalmente ya que sería parcialmente sostenida por las necesidades de la industria joyera de países como China e India, poblaciones tradicionalmente consumidoras de estos productos. Sin embargo, hay que ser realistas: para sostener el oro en sus valores actuales, China e India deberían triplicar su demanda actual, para joyería.

Por lo tanto, volvemos a la situación anterior. En tanto, exista miedo a la inflación, las principales divisas mundiales continúen en una situación de fragilidad, o los inversores desconfíen de la solidez de las deudas soberanas, la cotización del metal dorado no sufrirá mella.

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